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Revista Literaria AZUL@RTE

Fernando IWASAKI/Pedro ESCRIBANO

Fernando IWASAKI/Pedro ESCRIBANO

Iwasaki: “Lo nuevo está en la ficcionalización de la violencia”

Entrevista al escritor Fernando Iwasaki autor del Libro del mal amor.

Por Pedro Escribano.

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Toma un sorbo de café. Fernando Iwasaki rumia sus respuestas sobre su novela Libro de mal amor (Ed. Alfaguara) en el café ‘El Carbone’ en el centro de Lima (no es el que aparece en la foto). Llegó de la Feria de Libro de Santiago, Chile, enrumbará hacia Ecuador y después a Miami. Pero no solo habla de su novela de amores desdichados, sino también sobre la narrativa peruana actual.

Iwasaki saltó de los predios de la historia –es historiador de profesión– hacia los campos de la ficción. Pero saltó con todo, con la disciplina de investigador y con el prurito por la historia a tal punto de hacer de ella en muchos casos materia prima de sus fabulaciones.

Libro de mal amor sin embargo está en otro margen, en el plano de la mirada íntima. Escrito con prosa rápida, la historia, salpicada de humor, narra las cuitas de un adolescente enamorado, pero la narración, paradójico, no traduce una pizca de aflicción.

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–¿El protagonista casi no cosecha frutos del amor?

–No cosecha nada. Yo creo que es lo más normal. Yo creo que en la historia sentimental de todos nosotros hay más fracasos que éxitos. Es más, si un hombre presume de haber tenido mucho éxito con las mujeres, seguro que ese es su punto de vista y que había que preguntarle a las mujeres que él menciona si lo recuerdan como un éxito en sus vidas también. A lo mejor te dicen que no, y ni quieren que les hables de él. Los fracasos, en cambio, son más normales, pero la gente no quiere hablar de ellos.

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–Has querido reírte de ti. ¿Tiene mucho de autobiografía?

–Mucho. Quizá yo he contribuido a que alguno de esos momentos sea todavía más divertido a pesar de ese mal amor.

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–Pero ese mal amor se convierte en buen humor.

Sí, porque mira, ninguno que tenga un mínimo de madurez puede vivir amargado por el perro que le tiraron cuando tenía 14 años. Hoy en día te puedes reír de eso. De cualquier cosa te puedes reír. Los problemas graves en la vida son dos o tres, el resto todo es superable y debería ser superable.

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–La historia recuerda al cuento "Las notas que duermen en las cuerdas" de Alfredo Bryce.

–Sí, además además te voy a citar otro cuento de Bryce, "Baby Schiaffino". Cuando lo leí dije rápidamente, "lo que pasa a ese cuento de Bryce me ha pasado a mí", solo que al personaje de Bryce le ocurre con una sola mujer y en mi historia con diez mujeres. Ese cuento es extraordinario y está leído por mí en la página web que el Instituto Cervantes le ha hecho a Alfredo.

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–Recurres a paradojas y juegos de palabras.

–Muchos de estos juegos de palabras no son simples aliteraciones, son verdaderos juegos de pensamientos, yo busco jugar con los significados. Eso lo he aprendido leyendo, conversando y queriendo a Guillermo Cabrera Infante, que fue un gran amigo, un escritor que también ha influido en todo lo que yo hago y me parece que es un mundo de posibilidades infinitas el de los juegos de pensamientos a través de las palabras.

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–Tu novela tiene diez capítulos que parecen cuentos. ¿Es un libro de frontera entre géneros?

–Como tú bien sabes existe la novela decimonónica. A mí me gusta jugar con los géneros y estará siempre en mi escritura. Así es el Ulises, Habana para un Infante difunto. Yo no he inventado nada.

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–¿Tu narrativa se nutre de la historia y de la dimensión íntima?

–Así es. Por ejemplo el próximo proyecto de novela en el que trabajo va a ser una mezcla de los dos. Va a ser una mezcla de los dos porque el protagonista va a ser una especie de historiador o una especie de persona que construye las investigaciones de un historiador muerto, que investigaba el s. XIX peruano. Va a ser una especie de reconstrucción irónica de nuestro siglo XIX, esa etapa de caudillaje militar.

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–Tú que estás fuera, ¿cómo se ve la narrativa peruana de hoy?

–Se está viendo con mucho interés porque creo que tenemos dos nombres: Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce, son las mejores cartas de presentación. Tras ellos vienen otros nombres que durante años han sido poco conocidos. Si no fuera por el Herralde, Alonso Cueto no habría dado el salto que yo creo que es bueno que lo haya dado. Edgardo Rivera Martínez es un extraordinario escritor, pero su conocimiento y reconocimiento internacional no es todavía el que debiera ser.

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–Las generaciones se suceden...

–De la edad de Cueto está Ampuero, que también se le está conociendo cada vez más, pero también está Abelardo Sánchez León, que para mí es espléndido. También está Guillermo Niño de Guzmán y Lucho Nieto Degregori, que no son tan conocidos como merecen serlo. Si pasamos a la generación del 60 como podría ser mi caso, yo creo que el más conocido es Jaime Bayly y luego a distancia venimos todos los demás, Jorge Eduardo Benavides. 

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PODEMOS MEJORAR

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–¿Y Santiago Roncagliolo?

–Santiago es más chico, es nacido en los setenta. Yo me lo guardo para ese momento. Pero volvamos, todavía no son conocidos o reconocidos Enrique Prochazka, Peter Elmore, Ricardo Sumalavia, Enrique Planas o Sandro Bossio, pues a mí me gustaría que se les conozca. Fíjate que en el Perú no tenemos grandes nombres que están internacionalmente circulando, tenemos que bajar hasta los nacidos en los 70 donde Santiago Roncagliolo ha alcanzado una notoriedad que yo creo que vuelve a poner a la literatura peruana en el primer plano. Los nacidos en los años 60 y 50 pues no hemos alcanzado el reconocimiento y el prestigio que otros escritores latinoamericanos coetáneos sí tienen. Entonces ahí se mira como peor no podemos estar, pero se puede mejorar.

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–¿Qué de nuevo ofrece la narrativa peruana de hoy?

–Yo creo que hay dos cosas que llaman la atención como nuevas, porque corrupción hay en todos lados. En la narrativa peruana la ficcionalización de la violencia, del narcotráfico, de los años de Sendero, podría aportar algo nuevo. Yo creo que además es lo que se está haciendo en Colombia desde hace unos años. Las novelas de Vallejo, o las novelas de Jorge Franco han ficcionalizado esa violencia que sobrecoge Colombia. Entonces yo creo que con las novelas de Roncagliolo, Cueto y Miguel Gutiérrez que yo creo que debería conocérsele más, hay esa importancia de la violencia. Lo otro que llama la atención de la narrativa peruana podría ser la literalización del desarraigo, que es otra cosa que los argentinos, los chilenos y los colombinos vienen haciendo hace tiempo, porque han tenido dictaduras que han obligado a exiliarse a gente que ha escrito desde afuera, que hay como una especie de asimilación del desarraigo y del exilio. Ahí podríamos hacer algo. 

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ALGO PARA CASA

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–A propósito de los premios internacionales de la narrativa peruana, Mirko Lauer ha comentado que los libros "no están mal, pero no dejan nada para llevarse a casa".

–A mí, para hablar de un libro, La hora azul, de Cueto, me ha gustado mucho. Es su mejor novela. Además de la violencia, Cueto habla de una cosa que en la literatura peruana se habla muy poco porque está muy mal visto: el tema de la ternura. Pienso que sí hay cosas para llevarse a casa de la misma manera que creo también que muchos libros de Mirko están para llevarse a casa.

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Perfil

NACIMIENTO. En Lima, 1961.

TRAYECTORIA. Estudió Historia en la PUCP, se doctoró en la U. de Sevilla. Vive en Sevilla desde 1989, dirige la revista Renacimiento y dirige la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco. Ganó el Cope de Cuentos 1985. Ha publicado, entre otros libros, Nación peruana: Entelequia o utopía (Hist), Inquisiciones, Un milagro informal, Ajuar funerario, Neguijón y Libro de mal amor.

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Articulo: La Republica

http://www.larepublica.com.pe/content/view/131796/28/

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Ilustración: FOLON

http://www.folon-art.com/fre/oeuvres.asp?type=1

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Hannah ARENDT

Hannah ARENDT

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Del desierto y los oasis

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 En 1955, Hannah Arendt --de cuyo nacimiento se cumplen cien años--dictó en la Universidad de Berkeley el curso "Historia de la teoría política". En estas páginas se reproduce la conclusión recientemente aparecida en español de aquellas clases 

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El crecimiento moderno de la amundanidad [imposibilidad de una comunión de los hombres con el cosmos y entre sí, N. de E.], el declive de todo entre humano [distancia que separa pero al mismo tiempo posibilita el encuentro, N. de E.], también se puede describir como la propagación del desierto. El primero que reconoció que vivimos y nos movemos en un mundo desértico fue Nietzsche y también fue él quien cometió el primer error decisivo diagnosticándolo. Como casi todos los que vinieron tras él, Nietzsche pensaba que el desierto está en nosotros. Así se revelaba a sí mismo no sólo como uno de los primeros habitantes conscientes del desierto, sino también y por lo mismo, como la víctima de su más terrible ilusión. La psicología moderna es psicología del desierto: cuando perdemos la facultad de juzgar, "de sufrir y de condenar", comenzamos a pensar que hay algo equivocado en nosotros si no podemos vivir bajo las condiciones del desierto. En la medida en que la psicología trata de "ayudarnos" nos ayuda a "ajustarnos" a aquellas condiciones y nos quita nuestra única esperanza; a saber: que nosotros, que no somos del desierto aunque vivamos en él, somos capaces de transformarlo en un mundo humano. La psicología pone todo del revés: precisamente porque sufrimos bajo las condiciones del desierto somos aún humanos y estamos aún intactos; el peligro consiste en que nos convirtamos en verdaderos habitantes del desierto y nos sintamos cómodos en él.

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El mayor peligro en el desierto consiste en que hay tempestades de arena; en que el desierto no siempre es tranquilo como un cementerio. Allí donde, al fin y al cabo, todo sigue siendo posible, puede desencadenarse un movimiento autónomo. Esas tormentas de arena son los movimientos totalitarios, cuya característica principal reside en que se ajustan extraordinariamente bien a las condiciones del desierto. De hecho, no cuentan con nada más, y por ello parecen ser la forma política más adecuada a la vida del desierto. Ambos, la psicología -la disciplina de ajustar la vida humana al desierto- y los movimientos totalitarios -las tempestades de arena, en las cuales lo que es tranquilo como la muerte explota repentinamente en pseudoacción- plantean un peligro inminente a las dos facultades humanas que pacientemente nos capacitan para transformar el desierto en lugar de transformarnos a nosotros mismos: las facultades conjuntadas de acción y pasión. Es cierto que cuando somos alcanzados por los movimientos totalitarios o por los ajustes de la psicología moderna sufrimos menos; pero perdemos la facultad de sufrir y con ella la virtud de resistir. Y sólo de aquellos que consiguen resistir el padecimiento de vivir bajo las condiciones del desierto es de quienes podemos esperar que se armen del coraje necesario que se encuentra en la raíz de toda acción, del coraje que convierte a un hombre en un ser actuante.

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Las tormentas de arena amenazan también esos oasis en el desierto sin los que ninguno de nosotros podría resistir allí, mientras que la psicología sólo intenta acostumbrarnos a la vida en el desierto de modo que ya no sintamos la necesidad de los oasis. Los oasis constituyen todos esos dominios de la vida que existen independientemente, o al menos en gran medida independientemente, de las circunstancias políticas. Lo que en ellos disuena es la política, es decir, nuestra experiencia plural, pero no lo que podemos hacer y crear en la medida en que existimos en singular: en el aislamiento del artista, en la soledad del filósofo, en la relación inherentemente amundana entre seres humanos tal como existe en el amor y a veces en la amistad "cuando un corazón se dirige directamente a otro, como en la amistad, o cuando el entre, el mundo, asciende en llamas como en el amor". Sin la intangibilidad de esos oasis no sabríamos cómo respirar. Y los especialistas en ciencia política deberían saber esto. Si aquellos que deben gastar sus vidas en el desierto, intentando hacer esto o aquello, preocupándose constantemente por sus condiciones, no saben cómo usar los oasis, se convertirán en habitantes del desierto, incluso sin ayuda de la psicología. En otras palabras, los oasis se secarán si no los mantenemos intactos, y ellos no son meros lugares de "relax" sino las fuentes dispensadoras de vida que nos permiten vivir en el desierto sin reconciliarnos con él.

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El peligro opuesto es mucho más frecuente. Su nombre habitual es escapismo: huir del mundo del desierto, de la política, hacia lo que quiera que sea es una forma menos peligrosa y más refinada de aniquilar los oasis que las tormentas de arena, que amenazan su existencia, por así decirlo, desde fuera. Tratando de huir transportamos la arena del desierto a los oasis "como Kierkegaard, tratando de escapar de la duda, introdujo su duda en la religión cuando dio el salto a la fe". La falta de resistencia, el fracaso de reconocer y resistir la duda como una de las condiciones fundamentales de la vida moderna, introduce la duda en el único ámbito en que nunca debió entrar: el ámbito religioso; hablando estrictamente, el ámbito de la fe. Eso es sólo un ejemplo para que veamos lo que hacemos cuando intentamos huir del desierto. Porque aniquilamos los oasis dispensadores de vida cuando vamos a ellos con la intención de huir, parece a veces como si todo conspirase para generalizar las condiciones del desierto.

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También esto es una ilusión. En último análisis, el mundo humano es siempre el producto del amor mundi del hombre, un artificio humano cuya inmortalidad potencial está siempre sujeta la mortalidad de aquellos que lo construyen y a la natalidad de aquellos que comienzan a vivir en él. Lo que Hamlet dijo es siempre verdad: "El tiempo está fuera de quicio. ¡Maldita suerte la mía, haber nacido para ponerlo en orden!". En este sentido, en la necesidad que tiene el mundo de los que comienzan para que pueda ser comenzado de nuevo, el mundo es siempre un desierto. Sin embargo, a partir de las condiciones de amundanidad que aparecieron por primera vez en la Edad Moderna -amundanidad que no debería ser confundida con la ultramundanidad cristiana- nació la cuestión de Leibniz, Schelling y Heidegger: ¿por qué hay algo en lugar de nada? Y a partir de las condiciones específicas de nuestro mundo contemporáneo que nos amenaza no sólo con que no-haya-nada, sino también con que no-haya-nadie, puede surgir la pregunta: ¿por qué hay alguien en lugar de nadie? Estas cuestiones pueden sonar nihilistas pero no lo son. Al contrario, son las cuestiones antinihilistas planteadas en una situación objetiva de nihilismo, donde el que no-haya-nada y el que no-haya-nadie amenazan con destruir el mundo.



Por Hannah Arendt

Traducción: Juan A. Guerrero
© Revista de Occidente

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MÉTAFORA/ Nicolás HIDROGO

MÉTAFORA/ Nicolás HIDROGO

Métafora

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revista literaria, arte & critica literaria

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ENTREVISTA A UNO DE LOS ÚLTIMOS GRANDES POETAS SOBREVIENTES DE LA POESÍA LAMBAYECANA 

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Carlos RAMÍREZ SOTO (1943-?) 

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Sabíamos que estaba delicado de salud, pero no nos imaginábamos jamás que en Chiclayo alguien esté viviendo emulando a Baudelaire y Rimbaud (Poetas simbolistas malditos franceses). Siempre habíamos visto las poses de los generacionales de los 80 y 90, pero este poeta no era pose, su rostro, su gesto, su hablar era la poesía reencarnada en él, en autencidad y congruencia y consecuencia total: escribir, pensar, hablar, opinar y morir como poeta, no era una simple actitud fingida, sino una salvaje y silvestre forma de ser así mismo. Su rostro cetrino, con arrugas y delineaciones perfectas, cano pelo, amarrillo, labios temblorosos y su patético gato gris como acompañante solitario en una sala fustigada de carencias y comidas sobrantes, adentro en un cuarto alguien gemía, era un hermano suyo que moribundeaba por la epilepsia: era un patético cuadro humano, la enfermedad había caído como un rayo allí y desgastaba el ambiente. Nos dio su mano, sus ojitos vislumbraron una esperanza de amistad, era Carlos Ramírez Soto. Sus poemas pegados en la pared, fotos de extranjeras, postales, libros regados en su cuarto, nos muestra otro cuarto vacío donde estuvo alojado Gustavo Viñas –famoso cantautor argentino-. No hay radio, nos hay televisor, hay una desconexión con el mundo y la modernidad, se siente una paz sosegada, un maullido silencioso de su gato acompañante rebota en las paredes y la poesía y la nostalgia del émulo nos electriza, nos acongoja: era la poesía metamorfoseada que se había posesionado allí y el tiempo queda suspendido cuando intentamos comprender su debilidad y tembloreos para hablar, acepta y cree que va a decir algo importante, va a la tienda de la esquina misteriosamente, regresa cargado de una fuerza telúrica, y con un suspiro entra a la película y a la vorágine de la entrevista. 

Lic. Nicolás Hidrogo Navarro

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 Nicolás HIDROGO: Hoy 22 de octubre estamos en la casa de un poeta ,Carlos Ramírez Soto, se encuentra en un proceso de recuperación Estamos en su casa de Pacasmayo 190.Carlos, tú eres uno de los abanderados de la década del 60 cuéntanos ¿como fue el contexto social y literario que te tocó vivir en el quehacer  literario de la época?

Carlos RAMÍREZ SOTO: Nosotros nos reuníamos más o menos en la Asociación de Lambayecanos de Bellas Artes: ALBA.  Nos reuníamos, unas 30 personas, bajo la égida de Delgado Bravo, y más atrás estaba el grupo Río que se reunía con un poeta mayor Winstor Orrillo. Ellos eran como 35,  pero en ese entonces no había broncas todo era amistad y Delgado Bravo nos decía por ejemplo que cada uno tenia que llevar tres poemas semanales y eso se analizaba ahí, los viernes que nos reuníamos, pero todo era armonía.  

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N.H.: ¿Que autores ustedes en la época admiraban, a quienes leían?

C.R.S.: Leíamos todo lo peruano, y además casi todas las poesías chinas, todo lo que venia de afuera, los poetas colombianos, uruguayos, leíamos también a los poetas ecuatorianos.  

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N.H. :¿Que medios periodísticos existían en la época: radios, prensa escrita, apoyaban o no apoyaban a la literatura?

C.R.S.: Todas las radios apoyaban la literatura, más bien nos daban una  hora en Radio Tumán. Te daban una hora para que tu hicieras lo que quisieras sin cobrarte por hablar y habían radios que nos apoyaban por 10 minutos 5 minutos, más bien nos felicitaban, nos reclamaban.  

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N.H.: ¿Y aquí en Chiclayo, que radios apoyaban? 

C.R.S.: Aquí apoyaba Radio Heroica, Star, Radio Santa Victoria.  

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N.H.: ¿Dónde eran  los puntos de reunión de ALBA?

C.R.S.: En el Instituto de Cultura, donde está la Secretaria, ahí había una mesa grande que ahora la han pasado adentro, ahí nos reuníamos nosotros y El Río se reunían en el fondo, auditorio.  

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N.H.: ¿Por quiénes esta conformado el Grupo Río y en que se diferenciaba con el Grupo ALBA?.

C.R.S.: El Grupo Río era un grupo socialista, bueno eran unos socialista de la fe. Estaba Néstor Tenorio por ahí, Jorge Fernández Sánchez, de ves en cuando Guillermo Ortiz que saltaban de ALBA para El Río. Habían mujeres también, una chica Luna y  Winston Orillo los lideraba.  

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N.H.: ¿Bajo que formas ustedes publicaban, qué hacían como era la asistencia del publico a sus eventos?

C.R.S.: El público asistía más a nuestros eventos, nosotros sacábamos plaquetas y revistas. 

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N.H.: ¿Qué revistas había en la época?

C.R.S.: Había la revista El Río y la revista ALBA, esas la conserva Mario Camino Negrón y Lucho Arce.  

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N.H.: ¿Todo era poesía, había narrativa, critica literaria?

C.R.S.: Había como un tercer grupo que más o menos se asomaba con Segundo Delgado, Andrés Díaz Núñez se acercaba muy poco, pero casi no había narrativa un intento nada más, la mayoría era poesía.   

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N.H.: ¿Quien estaba en ese tiempo de director de INC?

C.R.S.: El director del INC era el padre Casado, que se puede decir que es el mejor que hemos tenido por esa época en el 65. Trajo a los mejores poetas peruanos, César Calvo, Corchera, y muchos poetas peruanos.  

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N.H.: ¿Qué apoyo de alguna entidad, mecenas, recibieron ustedes o era solamente un aporte suyo?

C.R.S.: No, nosotros íbamos hacer un recital y metíamos un oficio a Cuglievan, y antes de que lo leyera, el gerente ya nos estaba dando, por ejemplo, una caja de vino y así había mucha  gente.  

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N.H.: ¿Qué anécdotas literarias recuerdas  de la época, con respecto tanto al Grupo Río como del Grupo ALBA?

C.R.S.: Había unidad, no había que yo soy mejor que el otro.: Nosotros podíamos sesionar, inclusive donde estaba  Río y el Río podía venirse donde estaba ALBA. No había problemas, teníamos algunas chicas en ALBA  como Moreno, Carmen Lescano, Marina Plaza, Corina Tello.  

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N.H.: ¿Qué se podría rescatar de la época, literariamente?

C.R.S.: Se hizo pronunciamientos, pero esto lo hizo El Río,  estaba más encargado de eso, eran más de izquierda que todos.  

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N.H.: Dentro de la generación, de los poetas, ¿quiénes destacaban más?

C.R.S.: En nuestro grupo no había quién destacara más, se le veía un Carlos Bancayán, por ejemplo, estaba Jorge Fernández, era una persona bien singular,  se quitaba el calzoncillo e iba por la calle en bibidí, iba recitando sus poemas, me acuerdo de un poema: Extranjera mía.  

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N.H.: Tú haz seguido activando, tú has seguido viviendo la literatura entre los 70 y 80 ¿qué nuevos valores surgieron y como se relacionaba con ustedes?

C.R.S.: No hubo relación entre el 70 y 80, en el 70 apareció la agrupación ALBA, después la generación del 80 no se acercó  para nada.  

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N.H.: ¿Recuerdas nombres de la generación del 70 u 80?

C.R.S.: Recuerdo a Mario Camino, Moisés Espinoza, al gordo Nicolás Guerrero, Carlos Bancayán, Vilchez, entre otros.  

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N.H.: Cuando ustedes ven surgir a la generación de los 90 ¿que es lo que les incomoda?  porque de alguna manera, en el caso tuyo sigues publicando ¿que critica harías tú a la generación de los 90?

C.R.S.: Yo no tengo ninguna crítica, simplemente ellos tiene que unirse, conformarse con lo que están haciendo, revisar en ellos la poesía que están haciendo, no le veo yo ningún inconveniente a eso, tienen que revisar sus poesías. Para mi unos de los mejores poetas de  Chiclayo es Antonio Noblecilla, después no me gusta mucho la poesía de Carlos Becerra Popuche y el otro el flaco Zumarán. Bueno por allí si tienes una plata para publicar tienes que publicar y no chupártelo pues, eso no es un poeta. 

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N.H.: Narradores que tu hayas conocido como Rubén Mesías, Juan Montenegro, Dandy Berrú, ¿haz leído algo sobre de ellos, qué opinión te mereces?

C.R.S.: Yo solo he leído un pedacito de Dandy Berrú, después  de Mesías no le he leído nada. 

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N.H.: De todas las gestiones de los que tu haz vivido de los directores del INC, ¿qué opiniones tienes de las gestiones,  hasta hoy, de  Luis Rocca, por ejemplo.

C.R.S.: Lucho Rocca es un zambo que tira más para la zambería, él solamente su cajones, puro negro, el mejor director que ha tenido el INC fue el padre Casado,  no habido otro.Alfredo Narváez prácticamente es un huaquero, es un arqueólogo, y Oscar Vilchez era otra fuente, ellos seguían al men, al barbón  Walter ALBA. 

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N.H.: ¿como puedes caracterizar el periodismo lambayecano de tu època?

C.R.S.: Nos daba mucho apoyo don Glicerio García Campos, Pepe Arana, Larcery Díaz Suárez,  teníamos apoyo periodístico. Digamos que el apoyo periodístico estaba más en la prensa escrita, casi en la radio poco.Radio Star, Radio Tumán, radio Santa Victoria, eran las excepciones. Radio Star, era la más sintonizada.  

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N.H.¿Que autores recuerdas que hayan llegada acá  causado gran impacto dentro de la comunidad intelectual lambayecana?

C.R.S.: Javier Heraud, Antonio Cisneros, Washington Delgado,  eso fue gestión del Padre Casado.  

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N.H.: ¿Qué autores  inspiraron e influyeron en ti?

C.R.S.: Yo siempre he leído, Baudelaire, tengo como libro de cabecera, Las flores el mal,  después he leído muchas poesías chinas.  

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N.H.: ¿Cuantos poemarios recuerdas  que hayas publicado?  y si te dijeran quédate con uno sólo nada más y ese es Carlos Ramírez Soto, ¿cuál de ellos elegirías?

C.R.S.: Es bien difícil porque mi poesía es variada, yo tengo poesía social porque ejemplo sin fin tengo En carne viva, tengo poesía amorosa tengo poesía romántica, tengo mucha poesía variada.  

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N.H.: ¿Tienes la influencia de Baudelaire, el alguno de tus poemas?

C.R.S.: Es de marinero que con la pipa le queman el pico, esto es influencia al poema albatros. Es indirectamente mi defensa que hago para los delfines en el Callao. Tengo influencia de la Biblia en algunos casos. Este es lección primera, decirles a los humanos que se porten bien, que coman lo que deben de comer porque algún día de repente bajen extraterrestres y nos ven a nosotros como pavo y nos comen a nosotros.Estoy pensando publicar, tengo un poemario dedicado a Bruno Portugués, se llama, A veces los hombres Tengo como 4 poemarios por publicar pero toda esta enfermedad, me ha debilitado.  

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Nos invita a pasar a su biblioteca particular y no enseña: leemos Vuelo libre, de Morayma León, La Piedra Rebelde de Alfredo José Delgado Bravo, Estrella de la poesía soviética., Así es la ciudad de Zaña de Hildebrando Briones, Tierras solas, Los titanes de poesía universal, Poemas de otoño, Ojos de venado, Poesía de Garrido Malaver, Ojos de vicuña, José Luis Ayala, El exilio y los comunes de Luis Eduardo García, Biografías andinas, Así es mi voz.  

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N.H.: ¿Y dime alguna vez se te ocurra donar tu biblioteca a quien quisieras dejar esta biblioteca?

C.R.S.: A Lucho Arce.  

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N.H.: Lucho Arce, es tu decisión.

C.R.S.: Si. Heredaría mi biblioteca, porque lo aprecio Lucho Arce. Por que veo que es un buen tipo literario, le tengo mucha estimación.  

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N.H.: ¿Qué invocación,  llamado harías a tus amigos de las nuevas generaciones?

C.R.S.: Que sigan escribiendo, si son poetas. El poeta tiene que escribir en contra y a favor de la sociedad. Prácticamente le están huyen al pleito, ahora.   

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N.H.: ¿Qué significa para ti la literatura?

C.R.S.: Literatura es amplia e inclusive literatura es el periódico, la revista, literatura es todo lo que ves aquí eso de ahí, (señala unos papeles rotos, viejos y decolorados) todo es literatura.   

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N.H.: ¿A ti te dio algo la literatura o tú le diste todo?

C.R.S.: Yo le di parte de mi vida a la literatura.  

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N.H.: Un mensaje a los jóvenes comunicadores de las universidades: Pedro Ruiz Gallo, Sipán, Vallejo. ¿Que invocarías a los nuevos comunicadores sociales?

C.R.S.: Cada uno que se meta a alguna chambita tiene que seguir para adelante. O sea que si tú eres periodista, tienes que hacer periodismo. Y a mi me gustaría que salgan ya esos periodistas que compran el programa en un radio. Que el periodismo salga de las universidades y no les alquilen las radios.  

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N.H.: ¿O sea tu consideras que el periodismo radial, de alguna manera en un periodismo que hace daño a  las personas?

C.R.S.: Por supuesto si, hace mucho daño, en cambio necesitamos más profesionales que salgan de las universidades, con más ética.  

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Salimos de la casa y el gato nos mira con una añoranza y nostalgia como si hubiéramos estado allí toda una vida, la manita de Carlos Ramírez se agita temblorosamente y nos dice adiós, cierra la puerta y vienen sus fantasmas de la poesía.  

Créditos:Asistente periodístico: Julia Saavedra Anacleto 

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Ricardo GONZÁLEZ VIGIL

Ricardo GONZÁLEZ VIGIL

  

El camino taoísta 

Por Ricardo González Vigil 

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En el 2004 nos obsequiaron una valiosa traducción (directa del original chino) de dos textos fundamentales del confucianismo:  «Enseñanzas para la vida y el gobierno» (Colección Orientalia Universidad Católica del Perú).  

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Continuando con su fructífera labor conjunta, ahora Fernán Alayza Alves-Oliveira y Maria Angélica Matarazzo de Benavides han dado cima a una auténtica proeza: trasladar al español uno de los textos mas complejos, de una ambigüedad insondable, que conozca la humanidad, cumbre entre las cumbres del pensamiento oriental (a la vez, mística y de la poesía sapiencial), el “Dao De Jing” (Tao Te Ching). 

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Resaltemos el interés peruano en esta obra maestra: en 1972 el recordado orientalista (italiano de nacimiento, peruano de adopción) Onorio Ferrero publicó su informada traducción. Contamos ahora con la esmerada traducción de Alayza/Benavides, en una pulcra edición del rectorado de la Universidad Católica. 

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Lao Zi, Lao Tzu o Lao Tse: grafías diversas del legendario autor del libro central del taoísmo. Explican Alayza y Benavides que ese nombre puede significar “el maestro Lao” o “el viejo maestro” (“lao” significa “viejo”); como el chino no distingue número, podría traducirse también como “los viejos maestros”. No se sabe a ciencia cierta si existió realmente en tiempo de Confucio (siglos VI-V a.C.). Lo que sí resulta cada vez más aceptado es que el libro que se le atribuye (sobre el “Dao” o Camino y el “De” o Virtud) supuso una prolongada elaboración a cargo de diversos maestros de la escuela taoísta, cuya redacción definitiva se fijo hacia la primera mitad del siglo IV a.C. Fue recién en la época Tang (618-907 de la era cristiana) que se le añadió el apelativo de Jing (o Ching), reservado hasta entonces a los cincos textos (o urdimbres, conforme metáforas textiles) canónicos de los confucios, “creando así un canon taoísta que se presentaba paralelamente y como alternativa al canon confuciano preexistente” (p.8). 

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Precisamente, el taoísmo y el confucianismo son las escuelas más famosas entre las Cien Escuelas del pensamiento anterior al siglo II a.C. El Tao (Dao) no tiene nombre ni forma; mas bien, es la raíz de todas las cosas con nombre y con desear y el no-conocer, el no-desear y el no-actuar conduce a la contemplación del Tao. Se desdeña lo que el orden social venera en la económico, político y cultural. Revela el carácter dual (yin y yang) del universo y halla la unidad en el Tao. 

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Al considerar limitada la razón humana, se aparta de todo racionalismo expositivo (se complace en violentar las pautas racionales) y adquiere una intensidad  poética de primer orden, así como un vuelo místico inolvidable. 

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Argumento: 

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Edición bilingüe (el original chino caligrafiado por Fernán Alayza, acompañado por su transliteración el sistema alfabético oficial de la Republica Popular de China) de uno de los grandes clásicos chinos, el texto principal del taoísmo: conocido en China como “Libro de Lao Zi”, en Occidente ha sido difundido como “Dao De Jing” (Tao Te Ching), denominación abreviada de “Dao De Zhen Jing”, traducible como “Verdadera urdimbre del camino y su virtud”. Traducción efectuada por Fernán Alayza Alves-Oliveira y Maria Angélica Matarazzo de Benavides, autores también del esclarecedor prologo. Optan por el ordenamiento tradicional (el de Wang Bi, siglo III) y no el de la antigua versión encontrada en 1973.  

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Articulo en el diario: «El Comercio de Lima», Carinhos, Perú. 16/11/2006 

A consultar en nuestra Revista:

http://revistazularte.blogia.com/2006/110709-fernan-alayza-alves-oliveira-maria-angelica-matarazzo-de-benavides.php#comentarios 

http://revistazularte.blogia.com/2006/110708-fernan-alayza-alves-oliveira-maria-angelica-matarazzo-de-benavides.php#comentarios 

http://revistazularte.blogia.com/2006/110707-fernan-alayza-alves-oliveira-maria-angelica-matarazzo-de-benavides.php#comentarios 

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Jonathan LITTELL/Samuel BLUMENFELD

Jonathan LITTELL/Samuel BLUMENFELD

ENTREVISTA: Jonathan Littell Escritor

"Se necesita tiempo y distancia para explicar el éxito"

El autor neoyorquino Jonathan Littell (1967), afincado en Barcelona y que escribe en francés, ha concedido su primera entrevista tras el éxito de su novela Les bienveillantes. Los cientos de miles de ejemplares del libro vendidos en Francia lo han catapultado a la fama internacional desde finales de verano, antes de ser traducido (en España lo publicará RBA en 2008). Su celebridad ha sido confirmada con la obtención de los premios Goncourt y de la Academia Francesa. 

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Por Samuel BLUMENFELD

Hace sólo tres meses, Jonathan Littell no existía. Por lo menos, para el público. El éxito fulgurante de su novela Les bienveillantes ha convertido a ese desconocido en un personaje público. A ese Jonathan Littell, objeto de la curiosidad de los medios de comunicación, al que se puede atribuir el mérito de no haber hecho nada por organizar su mediatización, incluso el de haberle dado la espalda, le han prestado varias vidas y varias identidades. Sobre él han circulado los rumores más infundados: supuestamente, Richard Millet, su editor en Gallimard, habría escrito Les bienveillantes, a no ser que fuera el novelista Robert Littell, padre del autor... En Barcelona, donde reside, Jonathan Littell ha hablado sobre su novela con Le Monde des Livres. 

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Pregunta. Con la distancia, ¿qué carrera esperaba para Les bienveillantes?

Respuesta. Se ha desarrollado por etapas. Cuando mi agente, Andrew Nurnberg, me dijo que le gustaba mi novela y que tenía esperanzas de venderla, me puse muy contento. Y más aún cuando Gallimard la aceptó. Toda mi cultura literaria procede de sus fondos. Aparte de eso, no me esperaba gran cosa. He invertido cinco años de trabajo en este libro, a costa mía. Nunca pensé conseguir una suma de dinero equivalente al tiempo pasado con esta novela. Pensaba vender entre 3.000 y 5.000 ejemplares. Gallimard esperaba algo más, con gran escepticismo por mi parte. Después, todo estalló de forma inesperada. 

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P. ¿Cómo explica este éxito?

R. Discutí sobre ello con Pierre Nora, a finales de septiembre, cuando el libro había superado la barrera de los 150.000 ejemplares. Él pronunció esta interesante frase: "A este nivel, ni el editor ni el escritor pueden entenderlo, sólo un historiador". Hemos discutido mucho sobre las razones del éxito, sin encontrar una respuesta. Destacan dos grandes hipótesis. La primera tiene que ver con el nazismo y la relación que tienen los franceses con este periodo de la historia. La segunda se refiere más a la literatura. Gallimard había observado, desde hace varios años, una demanda de grandes libros, más novelescos, muy elaborados. En todo caso, se necesitará tiempo y distancia para explicar este éxito. Ver, por ejemplo, cómo se recibe el libro en Israel, Estados Unidos y Alemania nos permitirá comprender lo que ha ocurrido en Francia. 

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P. ¿Se ha reconocido en los distintos retratos suyos que han aparecido en la prensa?

R. ¡En absoluto! Han contado de todo. Estoy asombrado por la capacidad de invención de los periodistas franceses. He descubierto un montón de cosas sobre mí: supuestamente, sobreviví a la masacre de Chechenia. Asombroso. Sin embargo, bastaba teclear mi nombre en Google y leer los artículos de The New York Times para saber el accidente -que no tiene nada que ver con una masacre- que sufrí en Chechenia. ¡Visto por la prensa francesa, daba la impresión de que me había encontrado bajo un montón de cadáveres ensangrentados antes de salir arrastrándome de la fosa! Me parece que el fact checking [comprobación de hechos]el verificar las informaciones básicas está poco extendido en Francia. Me refiero a cosas sencillas. Supuestamente, trabajaba en China, estaba casado, mi madre es francesa, vivo en Bélgica y hablo alemán. Todo ello es inexacto. No he querido prestarme al juego del retrato porque no me gusta. Me gusta especialmente una frase de Margaret Atwood: "Interesarnos por un escritor porque nos gusta su libro es como interesarnos por los patos porque nos gusta el foie-gras". 

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P. Usted escribió un primer libro, Bad voltage, una novela de ciencia-ficción inédita en Francia, que se desarrolla en las catacumbas. ¿Qué relación establece entre este primer texto y Les bienveillantes?

R. En realidad, Les bienveillantes no es propiamente una segunda novela. Entre medias, ha habido otros textos míos que han terminado en el cajón, como debe ser. Lamento que se publicara Bad voltage, pero era prisionero de un contrato y no tenía dinero para romperlo. Tenía 21 años, una edad tonta. Nunca he querido esconder esa novela, pero tampoco la reivindico. Llevo pensando en Les bienveillantes desde los 20 años. Richard Millet, mi editor en Gallimard, quería poner "primera novela" en Les bienveillantes, pero yo dije que no. Finalmente, elegimos la fórmula "primera obra literaria" para la contraportada. 

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P. Usted está representado por un agente, una práctica que todavía no está muy extendida entre los escritores franceses. ¿Por qué esta elección?

R. Mi padre es escritor profesional desde hace 35 años. En el mundo literario anglosajón, si se quiere publicar un libro, se busca primero un agente. Por tanto, nunca lo he dudado. Esta tradición francesa de enviar primero el manuscrito a una casa editorial me resulta extraña. Comprendo que perturbe a algunos en Francia, donde un delicado equilibrio hace que se publiquen libros que no se publicarían en otros lugares. Este sistema tiene un precio. En Francia, prácticamente ningún autor puede ganarse la vida: toda la cadena del libro vive del libro, excepto el escritor. 

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P. Desde su aparición, Les bienveillantes se ha visto cubierto de superlativos y comparaciones elogiosas. ¿Se siente halagado o aterrado?

R. Ni lo uno ni lo otro. Tomemos la comparación de mi novela con Guerra y paz. La gente que afirma esto me ha leído mal, y además, ha leído mal a Tolstoi. No es en absoluto el mismo tipo de literatura. En Guerra y paz, para empezar, hay paz. En mi novela, sólo hay guerra. En la novela de Tolstoi existe otro nivel de complejidad. Un ir i venir infinitamente superior entre la vida normal y la guerra. El objeto de Les bienveillantes es mucho más limitado. Es el genocidio durante cuatro años, con algunas escapadas aquí y allá. Lo que se ambiciona no es lo mismo.hablando en un plano más profundo, nos encontramos con esa noción de espacio literario elaborada por Maurice Blanchot. Cuando se está dentro, nunca se sabe si realmente se está. Se puede estar convencido de estar haciendo literatura y permanecer de hecho fuera, del mismo modo que se puede estar atormentado por las dudas, cuando la literatura está ahí desde hace mucho tiempo. El texto de un enfermo mental puede resultar literatura y el de un gran escritor no serlo por razones ambiguas y difícilmente explicables. De todas formas, siempre se está en la duda. No se sabe. Yo creo que Tolstoi o Vassili Grossman tenían dudas. En el caso de Grossman, es evidente. Su ambición declarada era hacerlo tan bien como Tolstoi, pero seguro que tuvo que decirse al acabar su libro que no le llegaba a Tolstoi a la suela de los zapatos. La noción de espacio literario elimina la noción de calidad. Un texto muy mal escrito puede resultar ser gran literatura, mientras que otro muy bien escrito puede no ser gran literatura. Hay que juzgar cada libro en función de sus objetivos y sus propias exigencias, y no en relación con otros libros. Ésta es la razón por la que no me gustan los premios literarios. Tienden naturalmente a enfrentar unos libros con otros. Yo le he enviado una carta a Gallimard en la que le explico que no estoy contra los demás autores. Mi libro está contra él mismo, trabaja contra su propia exigencia, que, desde luego, no alcanzará nunca. 

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P. ¿Cómo definiría esta exigencia?

R. Un libro es una experiencia. Un escritor plantea cuestiones mientras intenta avanzar en la oscuridad. No hacia la luz, sino adentrándose más en la oscuridad, para llegar a una oscuridad aún más oscura que la oscuridad de la que partió. No se trata de crear un objeto concebido previamente. Por eso sólo puedo escribir de golpe. La escritura es como lanzar los dados. Nunca se sabe qué va a pasar. Se intenta colocar las piezas lo mejor posible y después se pasa a la acción. Cuando se escribe se piensa con las palabras, no con la cabeza. Llega de otro espacio. Se avanza a través de la escritura y se llega a un lugar donde uno jamás habría pensado encontrarse. Por eso estoy absolutamente dispuesto a aceptar las críticas que digan que me he equivocado con esta novela, que he hecho cosas mal, inaceptables. Efectivamente, no sabía lo que hacía. Antes pensaba que lo sabía, pero el resultado final no tiene nada que ver con eso. 

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P. ¿Qué piensa del resultado final? ¿Le gusta Les bienveillantes?

R. No hay por qué plantear así la pregunta. Para avanzar es mejor interrogarse sobre el concepto inicial. Puedo responder con una cita de Georges Bataille: "Los verdugos no tienen voz, y si hablan es con la voz del Estado". Los verdugos sí hablan, e incluso los hay que hablan demasiado. Hasta cuentan cosas exactas en términos fácticos. Por ejemplo, de la manera en que estaba organizado el campo de Treblinka. Eichmann no miente durante su juicio. Cuenta la verdad. Cuando hablo de discursos reales, pienso en discursos capaces de revelar sus propios abismos, como consiguió hacer Claude Lanzmann con las víctimas en Shoah. Descubrí la frase de Bataille después de acabar mi libro. Me iluminó retrospectivamente. Al principio pensaba que en los textos de los verdugos encontraría cosas a las que engancharme. Entre eso y todos los verdugos que he conocido a lo largo de mi carrera -en Bosnia cuando trabajaba en el bando serbio, en Chechenia con los militares rusos, en Afganistán con los talibanes y en África con ruandeses o congoleños- pensaba que tendría material con el que trabajar. Pero cuanto más avanzaba en la lectura de los textos de los verdugos, más me daba cuenta de que no había nada en ellos. Jamás avanzaría si me quedaba el registro de la recreación ficticia clásica con un autor omnisciente, a lo Tolstoi, que arbitra entre el bien y el mal. La única manera de hacerlo era metiéndome en la piel del verdugo. Y tenía la experiencia de los verdugos. Me había codeado con ellos. Partí, pues, de lo que conocía, es decir, de mí, de mi manera de ser y de ver el mundo, diciéndome que iba a meterme en la piel de un nazi. 

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P. Pero se trata de un nazi fuera de lo habitual, poco realista y no necesariamente creíble.

R. Estoy de acuerdo. Pero un nazi sociológicamente creíble jamás habría podido expresarse como mi narrador. No habría podido aportar esas explicaciones sobre los hombres que le rodean. Los que existieron, como Eichmann o Himmler, y los que me he inventado. Max Aue es un rayo X que va barriendo, un escáner. Efectivamente, no es un personaje verosímil. No buscaba la verosimilitud, sino la verdad. Resulta imposible escribir una novela si uno se limita únicamente al registro de lo verosímil. La verdad novelesca es distinta de la verdad histórica o sociológica. La cuestión del verdugo es la gran cuestión que sacan a la luz los historiadores de la Shoah desde hace 15 años. La única cuestión que queda es la de la motivación de los verdugos. Me da la impresión, tras leer los trabajos de grandes investigadores, de que se han chocado contra un muro. Resulta muy visible en Christopher Browning. Llega a una lista de posibles motivaciones sin poder arbitrar entre ellas. Algunos le dan más importancia al antisemitismo, otros a la ideología. Pero en el fondo no lo sabemos. Y es muy sencillo. El historiador trabaja con documentos y, por tanto, con discursos de verdugos que son una aporía. ¿Cómo se puede construir un discurso basándose en eso? 

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P. ¿Qué críticas de historiadores le han marcado más, y por tanto le han estimulado más?

R. Algunos han planteado cuestiones interesantes sobre errores de interpretación. Un historiador mencionó que había interpretado mal la relación entre el SD (el servicio de seguridad de las SS) y la Gestapo al presentar a los hombres de la SD como más idealistas que los brutales policías de la Gestapo. En este caso, como en otros, es posible que me haya colado. Es una novela. Cuando Vassili Grossman presenta a Eichmann en un pasaje de Vie et Destin, su descripción es completamente falsa. Lo cual no le quita mérito a Vie et Destin. Grossman veía a Eichmann como un superhombre desmesurado, que lo domina todo. Esta visión resulta de los materiales a los que tenía acceso por aquel entonces. Es inexacto, ¿y qué? Cuando Claude Lanzmann estima que mi verdugo no resulta creíble, que es malsano, lleva razón. Salvo que jamás habría existido el libro si hubiese elegido a un narrador a lo Eichmann. Lanzmann tiene miedo de que la gente sólo conozca la Shoah a través de mi libro. Es evidente que se da el caso contrario. De hecho, las ventas de las obras de Raoul Hilberg y de Claude Lanzmann han aumentado desde que salió mi libro. Lanzmann y yo llegamos, partiendo de una misma cuestión, a dos conclusiones que son irreductibles entre sí. Las dos son verdaderas. Nuestra discusión no ha acabado. 

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P. ¿Habrá una adaptación cinematográfica de Les bienveillantes?

R. No. Los derechos no están a la venta. No creo que sea posible adaptar este libro al cine. 

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P. La cuestión del idioma ha sido una fuente de debate en torno a su novela, a la que se le reprochan algunos anglicismos. ¿No cree que tras estos reproches se esconde una concepción reaccionaria de la lengua francesa, a la que le gustaría quedarse como está, cuando por naturaleza se encuentra en estado de movimiento perpetuo?

R. Hay anglicismos en mi novela, ¡claro que los hay! Hablo en dos idiomas, y resulta inevitable que los dos se contaminen entre sí. Hay una magnífica obra de Albert Thibaudet que demuestra, en Flaubert, la influencia de los provincialismos normandos en el lenguaje literario del autor de Madame Bovary. Al principio se veía como una falta, pero a partir de ello Flaubert creó maravillas. Cada uno tiene sus particularidades lingüísticas. Alain Mabanckou ha logrado descubrimientos bellísimos que proceden del modo en que los africanos hablan francés. Sus fórmulas pueden parecer extrañas, anticuadas, pero son magníficas. Resulta interesante que este año se hayan otorgado varios premios literarios a autores no francófonos. Nancy Huston es anglófona. Como en mi caso, el francés no es el lenguaje materno de Mabanckou. En el Reino Unido, hace años que los mejores escritores son indios, paquistaníes y japoneses. Y gracias a ellos, el idioma se enriquece.

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© Le Monde. Publicado en El País.

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Oscar PORTELA

Oscar PORTELA

Oscar Portela, nacido en la provincia de Corrientes (República Argentina) el 5/13/50, es considerado hoy por las más importantes voces de la literatura de su país, como una de las más potentes voces de la poesía y el pensamiento latinoamericano. Administrador Cultural, ha ocupado importantes funciones en su provincia y ha integrado por dos periodos consecutivos la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores de la Argentina, presidente de la misma entidad en su Provincia, Director de revistas como Tiempo y Signos, entre otras, es y a sido Asesor de Cultura de la Honorable Legislatura de la Provincia de Corrientes. Doce títulos de su obra poética editadas (Senderos en el Bosque, Los Nuevos Asilos, Memorial de Corrientes, La Memoria de Láquesis, etc), y obras ensayísticas en las que se ocupa preferentemente del pensamiento filosófico contemporáneo, (Nietzsche sonámbulo del día), le han valido la consideración de importantes pensadores de su país.  

Ha publicado en España, México, Venezuela, Paraguay, y casi todos los medios de prensa de la Argentina y dictado conferencias en España, Paraguay y provincias Argentinas. Asimismo es especialista en critica e historia del cine y es autor de letras de obras musicales en su mayoría inéditas.

E-mail : portelao@hotmail.com
Página personal : http://www.universoportela.com.ar/
Otra : http://www.arrakis.es/~joldan/oportela.htm     

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Carta Abierta a Mariela Mion

por Oscar Portela

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Mariela: a  muy pocas personas quise tanto como a vos durante este tiempo arduo de mi vida. Me viste como soy, por fuera y por dentro. Como soy. Sin dobleces y tampoco sin claudicaciones. Tal vez a veces cansado  porque creo hoy - y tal vez sea un espejismo - que yo no tuve juventud y que la vida "conmigo sigue en deuda".

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¿Te imaginas Mariela que presentar un libro es un mercado donde se lanzan por día cientos de libros -actos de multiples cafés literarios -, contratapas que dicen Alfaguara o Planeta y con Fajas que parpaden señalando Premio Clarín , Premio Planeta, resulta casi un absurdo?. Vinos de honor al final de la presentación, un libro como el mío que ni siquiera tiene copyrigth y menos un ISBN , resulta algo así como desembarcar en Nueva York en el "Contiky"....

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Nada de ello sería posible si no existieran amigos aquí y allá que me tienden los brasos: aquí los de siempre como dice el catálogo, - están nombrados- allá porque el ex-vicenciller de la República Dr. Juan Archibaldo Lanús - un amigo de años - o personas como ese gran escritor y pensador que es Abel Posse pone su nombre para permitir mayor difución al acto.

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Luego Luis Benitéz - un poeta, un verdadero poeta - quitandose horas de trabajo y sueño para invitar y difundir el acto, Beatriz Schafer Peña, casi una hermana de camino y el apoyo de Francisco Gonzalez Cabañas desde "Comunas del Litoral", apuntalan lo que de otro modo no tendría ningun sentido.

Mención aparte merecen los Diputados Provinciales Noemí Cuneo y Agustín Portela que hicieron suyo el proyecto presentado hace tres años por la senadora Mirtha Rodriguez de Salazán - y que es Ley - de rendir un tributo a mi trayectoria a  las Letras y a mi contribución a la Cultura Nacional y Provincial.
Y digo que hicieron suyo el proyecto porque lo desempolvaron y se dijeron hete aquí que si orgánicamente no se lo hace,  lo vamos a hacer nosotros.

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¿De que otro modo te imagínas se podría presentar éste libro en Buenos Aires en el Club del Progreso fundado en el año 1852?. Sin marketing, sin distribución ni publicidad alguna, sin grandes avisos en" Ñ" por ejemplo, como dar,  no digo lucha, sino por lo menos testimonio,  de que existimos acá, de que acá estamos?

Dejo la contestación en tus manos. ¿Cuando uno dió su vida y su sangre al arte como bién público, de que modo se justificaría el acto de bajar los brazos? No fué ni será mi costumbre. Contra toda idea de fracaso, contra toda tribulación, contra la soledad, la pobreza, la enfermedad,  el Arte rinde tributo a la hermandad entre los hombres - a la comunión de las almas- , a la solidaridad, a la amistad.

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Nosotros los que amamos el querer saber siempre más - los que amamos la frase de Goethe- "luz, más luz",  no dejaremos nunca de plantar amigos. El arte es para ello el mejor abono.
 

(texto dédicado a Jaime Serey)

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Ilustración : Siegfried Woldhek

http://www.woldhek.nl/

Jorge ETCHEVERRY

Jorge ETCHEVERRY

 

Jorge Etcheverry Arcaya Nació en Santiago de Chile en 1945, formó parte de la Escuela de Santiago y del Grupo América, agrupaciones poéticas de la segunda mitad de los sesenta, la primera de tendencia neovanguardista y la segunda más "comprometida". Fue coeditor de la antología 33Nombres claves de la poesía actual chilena.

En Canadá, donde lleguó en 1975 debido al "`pronunciamiento" militar, fue uno de los fundadores y miembros del consejo editorial de Ediciones Cordillera, la editorial chilena en Canadá.Ex profesor de filosofía y español en colegios secundarios en Chile, y ex profesor asistente en las cátedras de literatura chilena, hispanoamericana y española en el ex Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, (puros exes en Chile) se doctoró en literatura en la Universidad de Montreal. Ha leído presentaciones sobre literatura hispanoamericana y chilena, y sobre autores como José Donoso, Samuel Beckett, Pablo Neruda, Juan Rulfo, Nicanor Parra, Gabriela Mistral, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, etc. en congresos realizados en Canadá, Quebec, Estados Unidos, Cuba, Inglaterra, Chile, México, países donde también le ha tocado leer poesía. Publicado textos poéticos en diversas revistas como Lar, Orfeo, Casa de las Américas, Trilce, Araucaria, Textos, New Canadian Review, Urgences, Existere, Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, Contemporary Poetry, Ellipse y otras. Soy, con Daniel Hinostroza, poeta chileno residente en Montreal. Ha publicado también artículos y notas críticas en libros, revistas y periódicos y es adicto a las artes plásticas, habiendo contribuido con ilustraciones y dibujos a diversas revistas como Solaris (revista quebequense de ciencia ficción), Tabula Rasa, Carleton Literary Review y Poetry Halifax Darmouth, entre otras.   *.

E-mail : jorgee@magma.ca 

Sitio Web : http://etcheverry.info/ 

http://www.escritores.cl/libros/hablativo/index.htm

http://www.eldorado-boreal.ca/ 

http://www.letras.s5.com/archivoetcheverry.htm 

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Resaca de Coquimbo 

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No podia ser  de otra manera. El Norte de Chile decide adquirir una fisonomia independiente (casi) y se orienta hacia el grueso de los Andes cordilleranos de los que recibe gran parte de su suelo y atmosfera cultural. Lo que la vision de la prosa; enumerativa, explicativa, despegada y objetiva, no puede captar, porque todavía no está enteramente ahí, lo balbucea la poesia, generandose en ese territorio que combina la expresión del sujeto, la sensación del entorno y los gérmenes y lineas de fuerza de lo que se gesta. Capitaneado y concebido por el poeta Arturo Volantines, quizas el mayor activista cultural (y no nos molesta usar el término) del Norte chileno viene a sumar este encuentro definitorio a sus ensayos, articulos y antologias sobre la poesia del Norte Chico. Bajo uno de los cielos mas puros del mundo, entre la costa y las estribaciones de la Cordillera se dieron cita 100 autores de cuatro paises cordilleranos, Argentina, Bolivia, Chile y Peru que mediante ponencias, mesas redondas y sobre todo poesia fueron hilvanando una imagen ambiental, humana, historica y prospectiva de la region. 

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Veteranos de la en su tiempo vilipendiada Escuela de Santiago, o redactores de Tebaida, la importante revista de los sesenta, se mezclaban con jóvenes poetas bolivianos editores de revistas alternativas, que parecen adoptar con gran soltura de cuerpo la terminología en inglés  e incluso la forma de las publicaciones que originan su movimiento en los paises anglofonos desarrollados. Habia poetas de Santiago, de otras regiones, se dejaba sentir una vaga preponderancia de lo telurico, un difuso indigenismo, una atmosfera progresista, asomaba el experimentalismo y la osadia tematica y expresiva aterrizada en boca de los jóvenes chilenos de la zona, valga citar a Benjamín y al Sonador. Se dejaba sentir la atraccion de las nuevas situaciones politicas hacia el Norte, pareciendo acentuar la distancia con la Maquina de Moler Carne, el Santiago que pulsa y crece, envolviendo con sus tentáculos al resto del pais, centro principal de la globalización, asiento de instituciones, conglomerados economicos  y partidos politicos que estando en la derecha o en centro impulsan la economia abierta y en la izquierda la administran, o que miraban hacia otro lado cuando el crédito y la publicidad subyugaron a las masas esclavizandolas de por vida al consumo mitificado y vuelto esencial.

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Ilustración: Federica MATTA

http://www.federicamatta.com/

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Revista PARADOXAS

Revista PARADOXAS

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Torres Hector poetatorres@yahoo.ca 

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PARADOXAS 

REVISTA VIRTUAL DE POESIA 

Año IV - N° 92  

Revista PARADOXAS N°92

15 de Noviembre del 2006

revista_paradoxas@yahoo.com    

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INDICE 

ELIPSOIDE - Camila Constanza (Kamishi)

APUNTES EN DESIERTO - F.S.R.BandaURBI ET ORBI - Alejandro Drewes

AMNESIA (Fragmento) - Hernán Tenorio

CICLO DEL AGUA - Waldo Guzmán B.  

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EDITORIAL  

Suscipe, Domine, universam meam libertatem. Accipe memoriam, intellectum, atque voluntatem omnem. Quidquid habeo vel possideo mihi largitus es; id tibi totum restituo, ac tuae prorsus voluntati trado gubernandum. Amorem tui solum cum gratia tua mihi dones, et dives sum satis, hec aliud quidquam ultra posco. (i) 

Estatus interius ira vehementi in amaritudine loquor mee menti: factus de materia, cinis elementi similis sum folio, de quo ludunt venti.Cum sit enim proprium viro sapienti supra petram ponere sedem fundamenti, stultus ego comparor fluvio labenti, sub eudem tramite nunquam permanenti.Feror ego veluti sine nauta navis, ut per vias aeris vaga fertur avis; non me tenent vincula,non me tenet clavis, quero mihi similes et adiungor pravis.Mihi cordis gravitas res videtur gravis; iocis est amabilis dulciorque favis; quicquid Venus imperat, labor est suavis, que nunquam in cordibus habitat ignavis.Via lata gradior more iuventutis inplicor et vitiis immemor virtutis, voluptatis avidus magis quam salutis, mortuus in anima curam gero cutis. (ii) 

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Estaba así escrito hace siglos. Vale. 

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El Editor  (i) Suscipe. San Ignacio de Loyola. Siglo XVI.(ii) XI Estuans interius. Carmina Burana (Cancionero de Benediktbeuren). Siglo XII.    

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ELIPSOIDE

Camila Constanza (Kamishi) 

Deplorable, magnético y lujurioso. Se desvanecen en lugares santos y se emborrachan de soberbia pura. Se enorgullecen del penoso destino que se les adhiere a sus pieles e ignoran la vergüenza de saber quienes son. 

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La misoginia del absurdo contemporáneo

No se da cuentaUsted no se da cuenta como vende la página de su cuerpo

Como esparce las derrotas entre tanta carne ajena

Como negocia con los dolores del parir, del sin embargo

De la historia marcada de nombres masculinos

De la semántica y el plural que margina la letra A 

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Es tanto, son tantos y usted no me ayuda mucho

Aprenda a deletrear conmigo el silabario de lo que significa ser mujer

En un país donde Dios es hombre.   

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APUNTES EN DESIERTO

F.S.R.Banda  

Asperas lejanías se repiten desde el ocre triste al tenue púrpura lejano. 

Un sol pleno, hiriente, reseco, se cierne sobre polvo sucio y rocas desoladas en el ardiente caliche. 

El aire milenario y un indefinido cielo claro te hunden en ti. 

Negras aves que anidan en el desamparo planean en el tedio con las alas inmóviles. 

Tu voz se retuerce contra la resolana polvorienta hasta que el calor y el sudor te silencian. 

Otras voces reverberan sin tiempo en el hastío de esta verdadera soledad. 

La quieta consistencia de los cuarzos empampados, flores destruidas, te tocan y olvidan. 

Blancos caracoles muertos yacen siniestros, contrariando como tú, la lógica de estar aquí. 

Seco musgo en algunas piedras quietas y cárcavas irrisorias rememoran lluvias imposibles 

Caminas dejando huellas que guardarán los siglos, pero sin tu nombre. 

En la mañana fría, ardiente mediodía de por medio, esperas vencido el terco viento de la tarde. 

Descubres que en los sucesivos horizontes afilados esta escrito tu destino, indescifrable. 

El día sucede hora a hora, sólido, secreto, ajado por el lento movimiento de las sombras. 

El verbo sin ecos se disgrega en la recienvenida ventolera de la tarde. 

Escribes sabiendo que tus palabras no alcanzan a describir esta vacía quietud ni este infinito silencio.  

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Nota del Autor.- Este poema fue escrito el día 1° de noviembre del 2006, en la ultima pagina del, este año, centenario diario El Mercurio de Antofagasta, N° 35.758. AñoC, Edición de 36 paginas del 1° de noviembre del 2006. Luego de transcrito a una libreta de terreno, el texto original fue fragmentado en pequeños trozos y entregado al azar de la ventolera con rumbo N 50° E a las 13:06 de la tarde, en la mina Capricornio, en medio del desierto del Trópico de Capricornio en 23° 24’ 00” latitud Sur, 70° 21’ 31” longitud Oeste. (Ver http://earth.google.es/).  

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URBI ET ORBI

Alejandro Drewes 

Se abrirán las puertas del polígamo Londres...

Dylan Thomas 

Son gritos en el Cielo, y en la tierra son actos

Gabriel Celaya 

Por esas largas calles grises donde no alcanza

el eco de campanas oxidadas, ni un centavo en

silencio alcanza a cubrir los abismos de la vida,

por esas mismas calles vencidas de tristeza y 

los pies que invencibles multitudes caminan, estoy

siguiendo el camino del Calvario bajo la lluvia

persistente, bajo una cruz gastada y a los negros flancos,

una sombra en la curva sibilante bajo la ciega mirada 

pensando en la mano de uranio ayer lanzada y ese plomo de lágrimas.E

n rostros de nadie que abren la enésima puerta de taxi

a un pálido turista de otro mundo en esta sórdida Babel de cada día:

esas manos por las que ya nadie preguntará y en sus tumbas futuras, anónimas 

como este mismo viento al costado de la cruz

y esta sobrecogedora visión de un mundo desolado y su vergüenza

haciendo zapping por la carrera desaforada de la Historia,

desparramados bultos ante las puertas de hoteles de lujo del alma 

ya sin apenas estrellas -formas vacías que fueron almas,

quien sabe-en  el ancho tablero de esas mismas calles grises y avenidas

que de a poco se hunden en el vino agrio de su sombray se recogen,

dejada fuera toda esperanza, a mi Costado.   

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AMNESIA (Fragmento*)

Hernán Tenorio 

Los dados caen en el desesperado azar que no descansa con el sueño, que se nutre del descanso mismo y sepulta la vergüenza de existir en éste, mi mundo, mi condenado universo de palabras donde yace inerte el verbo, donde crece inmune la maldad de la palabra, donde colapsan huracanes hemorrágicos en desenfreno absurdo, donde la codicia es flor que Febo alimenta en fotosíntesis intestinal; allí, traté de hablar con Cronos para que me perdone y titubeando me dio una posible solución: 

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Sé que mi inmediata obligación es el sueño, si alguien me hubiera preguntado mi propio nombre o cualquier rasgo de mi vida anterior no habría acertado a responder.  

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Entonces fue cuando sucedió: Al principio la vuelta a la selva me sorprendió. Después estaba en la tierra (el fango), después en la Madre (el templo), después en el vientre (la esfera). Las palabras se perdieron de a poco, simplemente las fui olvidando. Antes del final -mejor dicho del principio- fue lo incomprensible: pecga, papka, tate, tutu. Luego los monosílabos: ma, pa, ti, no. Luego solamente sonidos: ag, gr, te, jo, gu. Por último, reinó el silencio…  

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* Texto completo en: HEREDEROS DEL CAOS, Paginas de Creación N° 03 - Noviembre 2006, San Francisco (California); http://herederosdelcaos03.tripod.com/id17.html   

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CICLO DEL AGUA

Waldo Guzmán B. 

Desde fragorosos acantilados

que la bruma envuelve o delimita

como altas perspectivas de agua,

ávidas vegetaciones surgen

y se lanzan por los farallones,

cual turbios sueños o caídas

hacia las plúmbeas arenas

de una playa imaginaria.

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Sube un viento oblicuo

desde el mar, y en gotas,

la niebla se condensa

sobre nudos vegetales

y luego cae por los verdes

abismos de los poros

hasta alcanzar el suelo

y las raíces arenáceas. 

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En estos despeñaderos

la vida es un ciclo eterno

envuelto en la neblina,

las plantas se cimbran

bajo el peso del agua,

acumulan sales, crecen,

y extienden sus ramas

hacia las rocas verticales. 

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