Héctor TORRES
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Héctor TORRES, poeta Chileno en Montreal, Québec, Canada. Miembro y coordinador del «Proyecto Cultural SUR-Montréal».
Publico su primer libro de poesía y actualmente trabaja sobre la próxima publicación de sus otros cuentos. Sus textos han sido publicados en la antología poética “Voces del Sur”, en las revistas “Póster” de la Universidad de Fredericton (Canada), “Marinero del alba”, “Revista Sur”, “Revista Helios” de Montréal en español y en francés, “Ater Vox” de Ottawa y su ultima participación por la ciudad de Montréal, “Montréal vu par ses poètes”, una antología multicultural y en diferentes idiomas.
Igualmente, ha participado en diversos periódicos: “El Popular”, “El Chasqui latino”, en la radio Radio-Montréal, en Vancouver, TV Latina de Montréal. Ha realizado lecturas en Sherbrooke, Ottawa y Montréal, Vancouver, Santiago de Chile y Temuco.
E-mail : poetatorres@yahoo.ca
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¡Contra el tiempo, hoy es solo para amar!
Hoy me exijo amarte, contra el tiempo
Libre mi corazón, mis manos, y mi cuerpo
Me exijo un minuto eterno entre tus labios
Y un viaje al amanecer de tu paisaje
Sacudo el cansancio, abandono mi silencio
Y me vacío de mí.
Para sentirte plenamente
Hoy no compro,
Hoy no vendo, solo siento
Toda mi verdad te incendia y te unifica
Toco el jardín, y me aromo de nostalgias
Corto una flor perfumada de recuerdos
Tal nota que desata las alarmas
Y va hinchando de gemidos la garganta
Un te quiero siego...tiembla en mis labios
Un transito de soles burbujea en las arterias
Quiero todo el vino, que contienen los cristales
Y todo el canto, que enciende tu sonrisa
La eternidad... una primavera de segundos
El amanecer en tus ojos, un destello de luz pura
Y nosotros, mercurio fuera del termómetro
Sin límites ni tiempo, ni relojes, ni vestidos
Que nadie diga nada, que todo lo sugiera
Ni la estrella sea noche, ni el trino despertar
Que nadie nos descubra, que nadie nos invente
Que nadie nos despierte,
Hoy es solo para amar.
Montreal en el tic-tac de mis otoños
Montreal, ciudad golpeada por martillos de inviernos,
Agredida por abejas de hielo, por ráfagas de viento
Me duele la vida y me hiere el crujir de los cristales
Me mancha el alma, el lamento de los cuervos.
Oh Montreal pétalo de témpano, tu halito me cristaliza el aliento
Me estremece tu fuerte carga de gélida noche...
Metrópolis abrazada por ríos congelados...
¡No te tardes primavera, regrésame a la vida!
Ahí viene abril con su grito verde rompiendo hielos
Llega de golpe abriendo las puertas a la vida
Llega el sol con su espada de rayos libertarios
Venciendo la soberbia letal del blanco invierno,
Liberando mi sonrisa de la rigidez de las escarchas
Y un cielo diáfano me regala su noche de estrellas
Vuelve el canto a la cima del terso follaje.
El corazón de los bosques se inunda de trinos
Y vuelven las aves a las arterias del ramaje.
La poesía regresa con su andamio de versos
A construir con mano obrera el sueño de la infancia
Yo soy ave entre las aves, unido a su jolgorio adolescente
Penetro más allá de la ansiedad de la nostalgia y el recuerdo
Yo viajo y fluyo al compás de la brisa tibia del verano
Vivo y corro entre el murmullo de las gentes
Soy primavera recorriendo tu verano de colores
Tomo un libro y lo despierto en mi conciencia.
Entre mis dedos estrujo un lapicero lleno de versos
Y lo derramo en el palpitante cuaderno de la vida.
Mi hambrienta gratitud de fiesta, rinde tributo a la belleza
A la imagen inconclusa de la crepuscular nube de la tarde
Me siento abeja en el vientre universal de la esperanza
Y deliro con la miel de los frutales que me hartan de dulzura
Oh Montreal, quiero olvidar tu fusta de padrastro invernal
Y ofrecer mis gratos recuerdos a tu canto multicultural
A tu estampa de gigante, a tu fragancia sin fronteras
A la primavera que bulle y burbujea en las arterias de mi canto.
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Mariposa celeste
Mariposa celeste… azulada y cristalina
Ada magistral del universo solar
Tu mágica vendimia de frutos intangibles
Humedeció de rumores el amanecer
Ebrio de dulzura me temblaba la piel
Resbaló sin control por la pendiente del vértigo
Huían mis sentidos en bandadas de pájaros
Anidando en versos el despertar de un amor
Tu inmaculada sabia de miel silvestre
Me enredaba nostalgias en los cabellos
Lloviznaste de plateadas alas, el trance de mis sueños
¡Como desoír tus caricias inflamándome la piel!
¡Como negarle mil susurros a tu cuerpo de doncella!
¡Como morirme sin rociar tu vientre de pétalos fluviales!
Tu palacio de almíbar suprime el escorpión de las edades
Tu verdad es la única mentira que defiendo
Tu mentira es la única verdad que me conmueve
La envoltura de los años,
Nº me impiden ser muchacho
¡Dice tantas cosas tu silencio!…
Que no hay verbo capas de contenerte
Me quebranto en un espasmo de dulzura
Y me duermo en las ramas de un árbol cuando brota
Si alguien me pregunta de qué estoy herido
Doy rienda suelta al soliloquio del júbilo
Me revelo contra la muerte soez de la lengua
Y llamo la poesía a fugarse en mi boca infinita
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Mi corazón me exige
Mi corazón me exige; de tu boca mil promesas
De tus manos mil abrazos, de tus labios la semilla
No entiende razones, no tiene conciencia
Me arrebata la paciencia y me gana por porfía
Me propone sin remedio.
Herirte con mis besos
Le exige a mis manos, ganar tu territorio
No quiere verte lejos, no quiere que te vayas !
Qué razón tan dura tiene el corazón en su porfía!
Que sed tan inmensa, le doblo lo que pide y no basta
No hay amenaza que lo detenga, ni reja que no rompa
Se apodera de mis fuerzas, y me lleva con su canto
Apura mis pies, mis ojos, mis dedos y mi voz
Me obliga defenderlo, si algo sale mal,
Me hace llorar y se enfada con mi llanto
Me faltan las fuerzas no puedo resistir
Termino vencido y lo sigo… cantando…
Hay un ángel que grita,
Y un niño que llora en mi voz
Es posible que tú no lo escuches, ni siquiera lo sientas
Cuando corre y recorre los andamios de mi sangre
Golpea los muros, me tiembla en las manos, quiere verte
Talvez si lo besas, quizás si lo abrazas, sabrás lo que quiere
Te dirá quien es, inocente o culpable, de todo lo que siente
No pidió nacer, tampoco existir, se muere por todo
Si tu corazón no lo entiende, ¡morirá otra vez!
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Si me faltas
Hoy... ciento frió, caigo en soledades si me faltas
Si te alejas, si te vas, si me ignoras o no llegas
Tengo pruebas de tu canto, siento hielo de tu ausencia
Me perfumas de trigales, me aromas de inocencia
Me observan tus ojos desde el alba
Aun eres primavera, en tu frutal intenso de verano
Te veo azul cielo, estrellada de alegrías
Yo te miro sin mirarte, me alejo sin distancia
Voy enfermo, voy herido, voy muriendo de tú sed
Contigo mi futuro, perdió el rumbo en el pasado
Tantas noches de recuerdos, talladas en la piel
Tantos hijos que recorren, mi silencio con tu voz
Y tú... vigente en mis paisajes, de honda primavera
Es la muerte inevitable, de un oasis que se seca
Es un ave atragantada con la miel de su gorjeo.
Talvez otros... te olvidaron, yo te sigo amando
Es la vida que me agrieta y me cambia
En otros labios soy un beso.
En otro grito estoy muriendo
El amor es...
Metamorfosis de un canto que se quiebra
Ave fénix que regresa, con dolores, con heridas
Con un recuerdo dulce, con una pena amarga
Hondas cicatrices palpitan, en la esfera de mi alma
Me duele si lo grito, pero sangro en el silencio
Me ahogo si me callo, y en mi canto me estremezco
Quiero entender este dolor que me espolea y me persigue
Quiero sellar mi memoria en este verso herido
Ya no sé si soy semilla, de tu ayer reciente
Rompiente, de una ola que envejece
O brote antiguo, de un futuro pujante
Mañana quizás, nadie me recuerde
Talvez lo olvide todo; en este río que perdura
Que te lleva y te aleja, hacia vertientes del olvido.
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Muchacha real
Muchacha real, frente a ti, tiemblo de sed
Llueve...se alhaja de arco iris tu semblante
Y mis manos son peces nadando tu cintura
Mis labios son planetas que rozan tu galaxia.
Bajo la tormenta desciende el aguacero.
Todo tiembla, se agita el pulso de la sangre
Me abandono al naufragio de tus olas
Y capturo el oleaje de tus manos
Me empapo en la resina de tu cuerpo
Y al filo de la hoguera, me inundo de tesoros
Son tus manos que disparan sortilegios
Son tus ojos que llamean tu imagen
Sube la emoción afiebrando los instantes
Y un océano de hormigas surca mi columna
Calla mujer, tu gemido de viento...
Una pasión desordenada, nos arrastra al delirio
Nuestros cuerpos se hieren, en el filo del vértigo
Deja que las estrellas pasten el rocío del alba
Y Serenos reposen los impulsos del instinto
Casi nada ya ignoramos de nosotros
Pero nos faltaran vidas para saber quienes somos
Ya sé a ido la noche e ignoramos el día
Mientras tú y yo somos más que nunca,
Apenas una parte del otro, que nos ama
No habrá retroceso de los jinetes de la sangre
Ni sordera en los oídos de la piel,
Las manos ya conocen la lectura del fuego
Y la boca es un buzo que ha perdido su escafandra
Buceando corales, hasta el fondo de tu ser
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Al fondo de ti
Solo quiero que me sientas soñar
Quiero ser la primavera en tus raíces
Un oleaje verde subiendo por tu sabia
Y al fondo de ti, ver tu nombre.
Yolanda Déjame ser tu sueño, cuando sueñas
Palpitar de peces, en el oasis de tu piel
Sonata de colores, sinfonía de labios
Sin escape, ardiendo en tus miradas
Déjame nadar tu cielo intenso de carmín
Beber el néctar solar de tu crepúsculo.
Como un río sediento bajando tu cascada.
Te imagino… rosa entre mis dedos de fuego
Escultura de susurros entre mi huella digitales.
Soñar… tan solo soñar, nada más que soñar…
Deja que el poeta te cultive entre sus versos
No le impidas subir hasta tu cumbre de miel
Llegar a tus praderas con su cesta de deseos
Amando los jardines cuando regrese de tu pelo
Ay muchacha amapola, como anclaste en mi canto
Quién me sumó alegre al rocío que te perla?
Cómo, huyo ahora de este poema sin herirte?
Dime como escapo de tu sangre sin mancharte?
Ya sé que hoy es muy tarde, mañana seré olvido
Vuelvo con mi canto antiguo a mi paisaje
Como vieja campana que dispara sus alarmas
Congregando los sedientos anfibios en tu carne
Cuando anochece mi último canto sin lamentos.
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A ti
A ti mujer que te muestras dura de jornadas
La vida te templó de resistencia el alma
Una fusta de espigas para castigar la noche
Y un jardín de corazones, que semilla
A ti te regalo esta espada de latidos
Este canto de humedad serena.
Te dejo en tus oídos mi melodía de anhelos
Mi sublime tentación de recuerdos
Es tan poco lo que mi alma puede darte
Es tan lento mi viaje hacia tu cumbre
Y tardía la flor que me reclamas
Pues la noche, hurto mis sueños jóvenes
Por ti amanezco, rocío y cuarzo tembloroso
Emanación de intentos escapando del vacío
Honda primavera a besos cincelada
O a golpe de caricias, en la piel del alma
A ti golondrina de otoño, o verano clandestino
Te regalo este molde de brisas, soplando tus cabellos
Mariposa que tiembla en la ventana roja de mis ansias
Solo dame un minuto eterno, que gire mi universo
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