Héctor TORRES
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E-mail : poetatorres@yahoo.ca
Solo contigo
Cuando la cima de tu ausencia me invada
Horadando los cimientos de mi risa.
Y estrellas frías sude el horizonte
Entonces amor…una verdad que duele
Me estaré quedando solo, sin ti, y… sin mí…
Sin ese flujo de luz, que por tus ojos veo
Sin el beso que entre labios exige nacimiento.
Entonces quizás haya perdido otra vez mi voz
En el lugar donde el pulso se congela…
Hoy, mi corazón late endémico,
Mi boca saliva insipidez
Un rincón de sombras trepa mis espaldas
Mis ojos se me cierran en cortina de siglos
Hasta siento la tentación de no volver a ver
Debe ser el aguacero que anuncia mis inviernos
Humedece mi piel que se desluce
O un dragón de sombras mordiendo el universo.
Ya no se si eres tu, que sufres con mi herida
O me sangra la espada que te hiere
Solo contigo amor brotan ríos en mi alma
Vuela el tiempo como un ave que germina.
Los frescos resplandores de un mañana
Me invitan a sacudirme los otoños
Sembrar las miradas en tus ojos
En tus brazos que se abren y me estrechan
En ese dichoso minuto que me espera.
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Juro que no vi nada
Juro que no vi. nada y lo sentí todo
Atrapado en la infantil primavera
Sentí que se moría hasta el silencio
Mi cabeza daba vueltas en el aire
El viento endulzaba mis cabellos
Invasión de abejas en el alma
Mágicas palabras anidaban mi boca
Como espasmo ciego en llamaradas
Una muchacha danzaba en mi frente
Con su vestido de estrellas titilantes
Se descorcho en mi piel sin versos todavía
Un claro oleaje de luciérnagas
Era la poseía conquistando un territorio
A mis manos subía su fruto indescifrable
De almibarados otoños sin memorias
De pasionales besos sin recuerdos
Desde entonces me acompaña la nostalgia
Me hice amigo del tiempo y del espacio
Me enamore de la vida sin temor a la muerte
Amo a la mujer y al vino no solo por costumbre
No solo por recuerdos siento alegrías
Amo hasta las sombras del mejor momento
Se me antoja enamorarme en días de lluvia
Mi vida es un cofre que respira amor y poesía.
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Sobreviviremos
Me sorprendo en la calle, busco luz en tu ventana
Quiero oír tu voz delgada y ver tus ojos encendidos
Quiero oír tu voz de primavera, soliloquiar mis oídos
Dame un minuto de tu edad, déjame acariciar tu pelo
Luego que te cuente mi alegría y mis trajines
Te invito a caminar la avenida de los días
No te pido nada, solo ir enredado en tus miradas
Hasta que todo sea perenne en tu luz inextinguible
No me digas que es absurdo, la gente no te creerá
Al leer este poema, se morirán de envidia al pensarnos
Pasara la primavera, pasaran los siglos y las huellas
Y nosotros sobre viviremos a la lectura del poema.
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Ilustración : Siegfried Woldhek - http://www.woldhek.nl/
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