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Revista Literaria AZUL@RTE

Omar REQUENA

Omar REQUENA

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SILLA DE MIMBRE 

In memoriam J.S.M.  

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A duras penas se abre paso hasta la silla de mimbre. Ya no se fija, al sentarse, en lo deshilachado de sus bordes ni en lo grasiento de esas fibras que antes mostraron el brilloso colorido de las cosas nuevas; si lo han sostenido tantos dìas, sin romperse, otro montòn de años màs no serìa problema. Total, el tiempo, puede decirse, lo ha ido aligerando de peso; lo aliviò ya de piel, músculos y grasa. El hombre piensa de pronto en sus recuerdos y resuelve que no son mucha carga para una silla vieja, al contrario, son ellos el soporte, la fuerza viva que la mantiene en pie. El dìa en que deje de recordar y de pensar, se desplomarà en el suelo polvoriento del patio. Serà un objeto màs entre tanta chatarra y desperdicios, y no habrà llovizna de peces o desove de Dios en el techo, que lo salve de eso que ya se unta a las paredes, a la entrada de la casa. Oh, vecchio mestiere.  

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Okum, es la voz caribe (kariña) con que se designaba a este rincòn del Tuy, y del que lògicamente deriva su nombre actual: Ocumare del Tuy. 

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OKUM

         

Entre brumas de borrachera... levantarse del pasto y, de cara al pueblo (allà las tìmidas lucecitas que suelen disfrazarlo tan bien) alzas los brazos, apuntalando bien el cielo en prevención de que no se nos caiga encima. Eso en primer lugar. Luego, cuando seguir el ritual es seguro, desenfundas, sujetas con toda la firmeza posible, y la Walter ppk dispara entonces los siete tiros de rabia contra el imposible animal, indiferente y adormilado; aunque bien sabes que jamás fenece, que irónicamente eres tù quien muere lentísimo, desengañado por los alfilerazos que la lucidez te devuelve.  

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Ilustracion :  Alen Lauzán Falcón

http://www.lauzan.com/home_lauzan.htm 

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