EL ORO DE LOS TIGRES
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EL ORO DE LOS TIGRES
Para un panorama de la Cultura actual
De Manuel LOZANO
Nuestras vías de comunicación:
orodelostigres@argentina.com
manuel_lozano@arnet.com.ar
Teléfonos: 5031-9807 / 5031-9808
Dia : jueves 27 de julio de 2006
Hora : 17 p.m (hs Argentina)
20 p.m (GMT)
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El escritor Manuel Lozano presenta una exclusiva conversación – en vivo – con la escritora y educadora mexicana :
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Nohemí SOSA REYNA
Reconocida autora de
“Reminiscencia de la mujer de Lot” y “Cadencias”
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Nohemí SOSA REYNA aborda un itinerario oscuro y tanatico en busca de la inmensurable Luz (feroz y feraz) donde no estan ausentes los riesgos de la piel, de “los rios de la infancia”, de ese amor “que huele como una resina de bosques” pero también de la vision de un Dios concebido como puro lenguaje…
Cultura es el oro de los tigres que comunica un mundo: nuestro mundo.
Cultura es el oro de los tigres en el cuerpo verdadero de lo humano.
Cultura es el oro de los tigres que nos sobrevive.
Auspicia:
FIED - Fundación Interdisciplinaria de Estudios para el Desarrollo-
fied_bsas@arnet.com.ar
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EL POETA Y SU MIRADA DE SORPRESA
Ensayo de Nohemí Sosa Reyna.
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Cuando Thomas Mann proyecta en el poeta Aschenbach (protagonista de "Muerte en Venecia"), pensamientos que tienen que ver con la creación literaria como heroísmo y sublimación, provoca honda reflexión en todos los que amamos la literatura.
Las ideas en torno a Aschenbach nos hacen girar en un juego entre ficticio y real, la referencia a su admiración por la figura de San Sebastián traspasado por lanzas y espadas y sereno siempre, como un triunfo del ideal ante la adversidad, son un tercer reflejo, como una tercera onda en el río de las reflexiones de Mann, Aschenbach y el lector, con un ser martirizado que atrae como imán -esta fascinación por la figura de San Sebastián traspasado la compartiría también Yukio Mishima-.
Mann trata de elucidar esta atracción, "porque la serenidad en medio de la desgracia, y la gracia en medio de la tortura, no son sólo resignación; son también actividad y encierran un triunfo positivo"... para Thomas Mann, Aschenbach, "esconde hasta el último momento a los ojos del mundo fisiológico. La fealdad amarillenta, que logra convertir en puro resplandor el rescoldo apagado que en su interior alienta..."
Mishima hace referencia a San Sebastián acribillado por flechas en castigo por su conversión al cristianismo y sobre todo al hecho de que el mártir después de ser cuidado por una viuda hasta que sanó sus heridas, reincidió, desafiando al emperador, y en esta ocasión fue apaleado hasta morir.
Agrega Mishima un comentario muy personal, que sirve de iluminación a nuestro tema; "En cuanto a las sospechas de que no hay ser humano que pueda sanar después de haber sufrido tantas heridas de flecha, cabe decir que ese hecho quizá fuera una añadidura encaminada a dar esplendor a la realidad, un consetudinario empleo del tema de la resurreción para satisfacer con ello el general deseo de milagros".
Y en un paralelismo con esta actitud y esta imagen, no es alejado decir que la creación literaria funciona como resurreción espiritual de muchos escritores, sobre todo la poesía da vestidura a sus fantasmas para encararlos y hace resonar los deseos para ser escuchado por los otros, iniciando así una restauración individual y colectiva, para que luego la inicial debilidad se vaya materializando en libros, intercambios y el afortunado reconocimiento de otros iguales, es el primer asombro y una de las principales sorpresas existenciales del poeta.
Y en ese trance, en ese camino entre la muerte y la creación, el poeta se convierte en ser heroico, veamos lo que dice Tomás Carlyle en su libro "Los Héroes", cuando escribe, "el deber del poeta consiste en revelar ése sagrado misterio, en presencia del cual, más que nadie, vive él continuamente", y la heroicidad del poeta la deriva Carlyle de lo siguiente: "Tal vez a causa de nuestra frivolidad, de nuestra absoluta carencia de penetración, de nuestra falta completa de carácter, de alteza y dignidad de pensamientos, dejamos de maravillarnos de nada; endurecidos desdeñando toda iniciativa y aspiración generosa, acaso formamos con tradiciones y ecos de varios sonidos un revoltillo de palabras", el poeta da vida, él revela el asombro, sus palabras son la emulsión -usando términos fotográficos- de una realidad, que le reserva metros y más metros de negativos que al quedar estampados en un libro adquieren una forma, una transfiguración, a la que el lector tendrá acceso y le harán despertar además la admiración por la obra, los sentimientos y la razón.
Podríamos decir que la heroicidad del poeta es más abstracta, que la del militar por ejemplo, donde la fatalidad de lo material predomina.
En Dante Alhigiere, encuentra Carlyle, un modelo del auténtico poeta, y nos dice del genio florentino, que nos heredó su libro "La Divina Comedia" y el retrato de Giotto, al que Carlyle describe así, "Aquel semblante es para mí altamente conmovedor, acaso el más conmovedor que conozco... en la mirada veis también pintados la sorpresa y el asombro, como si inquiriese: ¿'Por qué se amasó así el mundo".
También a propósito del asombro de los poetas y profundizando en La Divina Comedia, el gran escritor argentino Jorge Luis Borges, en su libro de ensayos, "Siete Noches", escribe que el canto veintiséis de esta obra, el episodio de Ulises, es el más enigmático y "quizá el más intenso", Ulises esta en el infierno, entre las llamas que contienen las almas de los embaucadores, Ulises fue castigado por querer conocer el hemisferio austral y esta curiosidad le provocó el castigo, pues, según Dante, no podemos adelantarnos a los juicios de la providencia. Borges, reflexiona con asombro sobre esta idea de Dante Alhigiere y nos dice sobre la obra en general, "No creo que Dante fuera un visionario. Una visión es breve. Es imposible una visión tan larga como la de la Comedia. La visión fue voluntaria: debemos abandonarnos a ella y leerla, con fe poética".
Y esta idea sobre Dante, de que no era un visionario, la afirma William Blake, al escribir sobre la figura de un Dante timorato y azorado frente a los suplicios del infierno, que se rebela como lo contrario de una sublimación, pues Blake considera al arte el fruto mejor de la imaginación. Y aquí se aparece de nuevo ese juego que entremezcla la ficción y la realidad, la fealdad y la sublimación que constituye el mundo del poeta, una actividad que nace de la energía, la zozobra ante hechos y sentimientos que requieren de algo más que palabras, de ese revoltillo de palabras, de un canto que recobra la vida en el asombro verbal del poeta.
http://nohemisosatextos.bitacoraglobal.com.ar/
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