EL SEIS, el Padrote de la Muerte
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El Seis nació en la Perra Tapatía. Se inicia a escribir desde su primera Cópula, contaba con 14 años de maldad, la amante fue una hermosa dama llamada: "LA PROSTITUTA COSMICA". Sus estudios los ha realizado en la Universidad, como en las piernas calientes de la ciudad.
Ha fundado un gran número de trípticos, dípticos, plaquettes, y revistas literarias, de las cuales sólo se mencionan: Tonsol, Pensamiento y Tequila. También ha participado en las más diversas publicaciones, pero la que más le agrada es la revista V.L. 2,000, de la cual fue cofundador.
Ha participado en lecturas en diversos foros; incluyendo la Casa de la Cultura, así como en silenciosos panteones y gloriosos bares. Actualmente distribuye su tiempo en escribir poesía y prosa, y en iluminarse en los Templos de Dionisos, y en arduas peregrinaciones mentales de opium. La mayoría de su obra está recopilada en Ediciones Capaverde, y en cientos de cuartillas olvidadas en las ínfimas cantinas.
Ha publicado su Obra Literaria a lo largo de algunos estados de este país esquizofrénico, hasta llegar también a otros tantos países del globo terráqueo. Aunque esta cuestión en particular, tiene al autor sin ninguna importancia. Ya que él manifiesta: YO SOY EL ARTE. Para finalizar diremos que el escritor tiene una inclinación psicopatológica por las infantes hermosas de 15 años de pasión. Le gusta que tiemblen y giman cuando escuchen su desgarrada voz.
E-mail: poetaelseis@yahoo.com.mx
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LA PSICOLOGA
« No hay nada mejor en esta vida que una bella dama.»
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Cuando la conocí, ella me consideraba un loco; hasta un “ser enfermizo”, depravado. Siempre me miraba con sus reservas, y en ningún momento, profundizaba su vista sobre mis ojos de muerto. Me huía frecuentemente, argumentando, cualquier razón o sin razón; decía: debo buscar los silencios escalofriantes del universo. Estoy buscando el principio intrínseco de la vida. El poder del universo me aplasta y aniquila, cual una hormiga ebria. Se me quedaba observando con mucha precaución y hasta cierto miedo. Yo, para ella, era sólo un poeta demente, iracundo y discípulo consumado de Dionisios. Suenan las campanas sus lamentos/Mientras los fieles enlutados se encaminan cual robots, hacia su creador/Los reverendos del metal esperan sus ovejas mecánicas, para aceitar sus cerebros/Alabado sea el Hierro/Bendita la maquina/Aleluya al aceite automotriz /Levantemos la batería al Señor del concreto/.
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Ella, era la perfección de mujer. De piernas largas y bien torneadas. Ojos como cavernas obscuras y silenciosas. Sus caderas eran el movimiento mismo. Tenía un lunar pequeño en la mejilla izquierda, que la hacía verse más encamable. Estudiaba creo... Psicología, en la Universidad del Estado. Era introvertida, y un poco “altanera”, bueno... eso decían sus condiscípulos. Los ecos de Freud, taladran las consciencias/Mientras los hombres como autómatas se dirigen al pabellón de la locura/Sueñan los seres en símbolos dispersos y complicados, mientras el subconsciente se carcajea/Los dolores antiguos aparecen entre las nubes del pensamiento, y encadenan a los “sujetos urbanos”, y estos, con algunos “venenos espirituales”, alejan de sí, la cascada del sufrimiento.
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Nunca el “destino” nos unió, ni las probabilidades nos acercaron jamás. Fue un día lluvioso, cuando me dije: voy por esa mujer de pelo ensortijado. Llegué en cuasi estado de ebriedad, más una píldora de esas que nos hacen olvidar que existimos, me dirigí a ella, la belleza. Me gusta tu lunar obsceno, creo que le dije. No me contestó, sólo se me quedo mirando. No me palpitaba el corazón, porque, creo que no tengo; sólo se escuchaba el sonido de una maquina recién prendida. Yo no era la perfección estándar del hombre guapo; más bien mi atractivo era mi mirada de “locura, de demencia”. Eres muy especial, y bellísimo, exclamó en tono sereno la dama. Mis ojos eran antorchas en la madrugada/Mis manos ramas de algún árbol, donde corre la savia, como una maldición/Y mi rostro era el terror mismo/Afuera, allá donde se termina lo posible, una luz azul, me envolvía con su tristísima belleza/Era el hombre más perfecto...
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Te amo, me dijo. Yo no contesté nada. Sólo nos encaminamos por las calles torcidas de la ciudad, buscando un lugar privado, donde tocarnos el cuerpo, donde fundirnos en uno, donde pertenecernos, donde ser la unidad, donde... copular todo el día. Queríamos alejar el sentimiento de “angustia universal”, “aniquilar la soledad”, “dejar de temblar ante las vicisitudes del vivir”. ¿Crees qué el sexo nos espante los demonios? No lo sé. ¿Me quieres? No lo sé. La vida, y todo lo que ésta implica se carcajeaba.
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«Yo soy el Arte/Yo soy el Proxeneta de la Parca»
EL SEIS
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Ilustración: Denis CHIASSON
http://www.webstergalleries.com/chiasson.htm
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63 comentarios
María Luisa. -
Juan CArlos Espinoza Ruvalcaba -
Marbella Luisa. -
Anónimo -
Un ex- alumno.
Alberto -
Anónimo -
Anónimo -
María cristina -
Anónimo -
Marciela López.
Anónimo -
Un enemigo.
Anónimo -
María Elena. -
Anónimo -
Anónimo -
Victor hugo -
Veronica Mancilla. -
Anónimo -
anónimo -
Alicia Hernandez -
Leopoldo Suarez. -
Lorenzo Rodríguez -
Raul Font -
Fabio Medina -
Márquez, es un pésimo y mediocre escritor.
Margarita Rómulo -
Roberto Lemuaten. -
Luis Gutierrez. -
María benavides -
Anónimo -
Noemi López -
Estela Robles -
Rosa Maldonado. -
Juan Pedro Mancilla -
Anónimo -
Marlene Ruelas -
Marta Medina. -
Mariano gallegos L. -
Anónimo -
Aten.
Gloria López M.
Anónimo -
Maria de los Angeles.
Anónimo -
Maria de los Angeles.
Damiana Bustillos. -
Luis Bañuelos Peres. -
Raúl Medina. -
Leonardo Rossette. -
Sergio Iván Valderrama -
Luisa Felix Rodríguez. -
Nubia Alicia Romero. -
Raúl Gutierrez. -
Anónimo -
María Eugenia Rentería. -
Danilea Torres M. -
Anacleto Morales -
Felicitaciones.
Yudiria Mendoza -
Alejando Alvarado. -
Enrique Zavala. -
Humberto Lavostes. -
Tomas Dámaso. -
Anonimo -
Marlem Rossette. -
Enrique López. -
Anibal Antonio. -
Leopoldo Torres. -
Alicia Martens -
Matín Balvuena L. -
felicidades al autor.