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Revista Literaria AZUL@RTE

Colectivo Lingua Quiltra

Colectivo Lingua Quiltra

E-mail: linguaquiltra@yahoo.es o NIHIL82@hotmail.com

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Mortinato

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 …Las mismas hermanas carnívoras viven en un establo rodeadas de miedo a los volcanes y al cielo El brillo es un color Para ellas eso es un estrago Andan como si fuera su rebaño con pensamientos de viaje Provisoriamente la intencio-nalidad es carnalidad… 
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 Héctor Hernández Montecinos,  Este libro se llama como el que yo una vez escribí 
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I. Introducción / Cronología primera en cinco ojos

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Corro, Corres, Corre, Corremos, Corren

Galopa, Galopas, Galopa, Galopamos, Galopan
                   Me gesto y me formo a través de mi padre
                              Esperas llegar a comprar un espejo
                              Es frágil y común en todos los hogares 
                   Vemos como se repiten las malas costumbres condenatorias
                            Las que cubren los sentidos de Daniel/David.  
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II. Flora y Fauna, aparecen las hermanas tristes 
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La mujer estaba condenada a parir sola, exiliada totalmente de su genealogía, obligada por ellos a ser la primera de todos, a volverse origen.
Partió con paso lento camino al bosque a encontrarse con su hijo. Las indicaciones eran simples: abrir las piernas y devolver el fruto a quien fuese responsable.
De pronto, un viento cálido irrumpe antes de que se geste el acto, un viento del norte. Se manifiestan ante la mujer unas hermanas atraídas por esta corriente cálida, todas de piel morena y cara gastada, de aspecto triste. / Entregan consejos al vientre / besan ombligo de la madre / susurran una bendición:
-Daniel/David, se llamará Daniel/David. 
Y luego parten / Parten rápido que deben llegar a partir a otro lugar, recogiendo en su camino a todo quien no quiera estar, invitando a querer irse.
- Quien desee disfrutar su tristeza, su pena, que se acerque y camine junto a nosotras. Susurraban al partir.
Mientras las siluetas de las hermanas tristes se pierden en el bosque, los labios comienzan a gritar, deslizándose entre ellos un cráneo limpio - albo el pequeñito- exigiendo su primer alimento.
En el pesebre los animales se inquietan, los números no coinciden, dos machos pretendiendo dar carne al pequeño angelito, dos troncos peleando la tuición.
Los machos respiran vapor sobre la nuca del pequeño, se le ofrecen. Comienzan a  machacarse el uno al otro para llegar a ser escogidos. Pero el pequeño se asusta, sólo quiere carne. El macho más dañado se le ofrece, le entrega su cuerpo para ser devorado por el recién nacido.
- Él es tu progenitor, balbucea la mujer, mientras el niño devora el cuerpo ofrecido en sacrificio, arrancado mordisco tras mordisco la vida del padre.
Cuando sólo quedan los huesos, se abalanza el otro macho sobre el pequeño, retirándolo bruscamente de los restos. Lo toma, lo mira.
- Yo le daré forma a este crío, él se convertirá en mi espejo, mi piel se reflejará en su carne. Anda, alcánzalas que te están dejando atrás mujer.    
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III. Augurio de tormenta sin lluvia 
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(La piedra observa tranquila el derrumbe)
 -     Ya
 -    soy la testigo de la condena, vi/veo/veré caer al hombre frágil. Lo conocí naciendo/surgiendo en tierra de manos/hierro, sentí como su carita se fue poniendo pálida. Escuché las enseñanzas que castran a cualquiera – ¿arrastra o no la bolsita del pan, está o no en edad de merecer? - Siempre supe que no pertenecía a estos lugares. Y me aterré cuando supe que no era el único.
(La piedra se pierde en la tormenta)   
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IV. Nunca jamás amor y juventud en la tierra del trabajo 
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  1. Si me pinchas el dedo con una aguja yo no siento nada.
  2. Si me quemas la mano con fuego no me da ni cosquillas.
  3. Si me muerdes el brazo te quiebras los dientes.

 -         ¿Qué más pretendes PADRE?

 -         ¿Crees que no voy/vamos a llegar nunca?

 -         ¿Crees que lo merezco/merecemos?

 -         Si mis/nuestras manos, aunque sean de mentira pueden hacerlo, te lo aseguro/amos. 

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(Daniel/David le cubre las orejas al PADRE que tiene frente a sí, éste repite el acto. Ambos se miran fijamente, se mantienen rectos, de pie, nada los perturba. Comienzan a bailar un Vals. La música está triste porque no la escuchan. Daniel/David se quiebra) 

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V. Se quiebra 

Hermana sobre Daniel: 
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- Corre niño Corre que no te entienden Arráncate que tu no eres de por acá Aprovecha que no se acuerdan para olvidarte Aprovecha que el mundo ya no es nuestro para escapar Tu eres florecita triste Amamantaste 
sangre y masticaste carne Alcánzame niño Que no soporto verte con pena 
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Hermana sobre David: 
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- Por qué manchaste tus manos pequeño Por qué las terminaste amarrando El alambre de púa no es para eso Así no vas a cantar más bonito Si te quiebras la mano izquierda la derecha no se hará más fuerte Deja de escupirte humo en los ojos No ves que te están llorando
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VI. En la casa de los locos 
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Acá existen hombres que atraviesan paredes por las noches, ellos se dedican a reír/llorar para asustarme/nos. En este lugar, los naranjos entregan diversas frutas, menos naranjas. El tabaco vuelve a ser piedra de trueque que genera y atrae amistades. Y todos saben, pero nadie lo dice, que afuera hay hombres que disfrutan de la carne humana y mujeres que roen las sobras.
Me encuentro solo, estoy siendo observado por la sangre que alguna vez derramé. Por su parte, la carne dejó de existir, ya no me quiere, me ha abandonado. Se dio cuenta de que para ser carne debería haberme dado charqui en vez de sólo sangre, esa que engullí en mi primera bocanada.  
Los locos también me miran. Hay uno que se hace llamar perdido, vive susurrándome palabras al oído, palabras que yo conozco/conocemos, recuerdos del origen.
¿Mundo perdido por qué me castigas?, ¿Por qué me remites a ese término nuevamente?
Perdido lo grita por las confusiones con el fin de atormentarme, todas las noches vuelve a gritarme esa maldita palabra y no hay quien lo calle:
- ¡QUISPE! – ¡QUISPE! – ¡QUISPE! – ¡QUISPE! – ¡QUISPE! … 
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VII. De la mano frente a la pregunta del destino 
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Daniel/David nació débil. Ni de acá ni de allá. No aceptó/aron ni comprendió/eron nunca la herotización del golpe. Nunca le/los atrajo masturbarse a patadas e insultos a través de sus símiles. Nunca quiso/quisieron violentarlas, jamás se sintió más.
Daniel/David nació frágil, impactando de frente ante la torpeza/rudeza de los hombres. Se perdió esperando frente al cielo, mirando esas tumbas invertidas que lloraban su partida. 
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