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Revista Literaria AZUL@RTE

Jorge RIECHMANN

Jorge RIECHMANN

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Jorge Riechmann (Madrid, 1962). Poeta, ensayista, traductor y profesor universitario (profesor titular de filosofía moral en la universidad de Barcelona; profesor invitado en la universidad Carlos III de Madrid). Es también investigador del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, vinculado a CC.OO, donde es responsable de biotecnologías y agroalimentación). Redactor de la revista mientras tanto, es autor de una extensa obra ensayística sobre cuestiones ecológicas. Desde 1998 codirige --con José Mª Parreño-- la colección de poesía HOJA POR OJO (Editorial Germanía, Alzira, Valencia.)


Ha traducido a poetas y dramaturgos como Heiner Müller, Henri Michaux, Volker Braun, Heinrich von Kleist, Erich Fried o Christoph Hein, y dedicado, en particular, mucha atención a la poesía de René Char; por su traducción de Indagación de la base y de la cima (Árdora, Madrid 1999), de Char, obtuvo el premio Stendhal de traducción. Asimismo ha reunido ensayos de poética y reflexión estética en Poesía practicable (Madrid, Hiperión. 1990), Canciones allende lo humano (Hiperión, 1998) y Largo recorrido (inédito). En su extensa obra poética figuran, entre otros, los siguientes títulos: Cántico de la erosión (Madrid, Hiperión, 1987), Cuaderno de Berlín (Madrid, Hiperión, 1989), Baila con un extranjero (Madrid, Hiperión, 1994), El corte bajo la piel (Madrid, Bitácora, 1994), Muro con inscripciones/ Todas las cosas pronuncian nombres (Barcelona, DVD, 2000) y La estación vacía (Alzira, Germanía, 2000). 

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DEL INACABAMIENTO, LA LIBERTAD

En homenaje a Cornelius Castoriadis

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1. Punto de partida: el mal. No puede ser otro. El mal, el sufrimiento, la destrucción: la intolerabilidad del mundo en su estado actual.

2. El mundo tal como es resulta inaceptable; no se puede vivir sin desear otro estado del mundo y sin luchar por él.

3. No podemos ni caer en la ingenuidad criminal de desear un paraíso sobre esta Tierra, ni resignarnos al infierno sobre ella. No somos seres paradisiacos; pero la vida carece de sentido sin resistencia al mal.

4. Existe lo sagrado, pero no hay trascendencia.

5. Necesitamos orar (ponernos en conexión con ese sagrado): pero no a ningún Dios. No hay tal Dios.

6. Ojos cerrados, ojos abiertos: el poema es una forma de oración. La meditación sobre un texto esencial es una forma de oración. El recogimiento y el encuentro con nosotros mismos puede ser una forma de oración. El coito puede ser una forma de oración. Sin embargo, no hay textos sagrados ni poemas sagrados.

7. Si lo sagrado está en algún sitio, yo lo localizo en la vinculación. Los vínculos son internos a este mundo.

8. El lenguaje es, para nosotros -carne que habla-, la primera y más fundamental forma de vinculación.

9. Nada hay sagrado en las obras del hombre; sí en los vínculos.

10. Los vínculos que unen a los ciudadanos en la asamblea y a los amantes en el lecho; los vínculos entre el pasado y el futuro, y entre la memoria de uno y la de los demás; los vínculos entre uno mismo y su propia experiencia; entre el acto y sus consecuencias; entre los genes del hombre y los del pez; entre el agua que me constituye y el agua del océano. Los vínculos son internos a este mundo. 

(Un zumbido cercano, Calambur, Madrid 2003, p. 138-141). 

http://www.catedramdelibes.com/archivos/000135.html#poetica   

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Parábola del jugador


Que yo te tenga así
de pie sobre las puntas de los dedos
al cabo de un movimiento leve
acróbata volcado

Que nadie sepa qué línea abismal
impávido atravieso
nadie pregunte desde cuándo es azul
la máscara lanosa de clown cruel que visto
ya sin dolor

Al norte de mi corazón de cuero
comienza el marfil de un país que recorro
muy raras veces
No hablo de mi ofrenda al demonio del naipe
funámbulo dormido sin lujo sobre el arpa

Cada minuto dejó
su piel sobre mi piel escaqueada
He conocido armados amores
de arlequín fervientemente insensible
Como San Pedro seré colgado de los pies:
que nadie diga nada

Este momento es mío
vértice íntimo o víctima frecuente
El azar no me quema las manos
Soy entonces el gran negador
dueño por un instante del mundo y de la nada

Entonces por qué ceder en la última escalera
saltar al vacío si el manotazo es luego
como un solo disparo que derrumba castillos
Mi padre era griego que no pregunte nadie
por la iguana de labios bezudos
que está lamiendo la sangre a mi costado

(del libro El miedo horizontal)

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Abolir la nostalgia


Es la hermana tullida del deseo.
De nada verdadero se predica.
Le place avasallar: busca vasallos.
No le miréis las manos,
perder es imposible.

Abolir la nostalgia, esa tenia violenta,
esa impotencia desovillada en máscara,
mi desdentada enemiga más voraz.
Untarle el cuerpo de brea y de vergüenza.

Sea
la desolada quimera del presente
nuestro empeño imborrable.

(de Cántico de la erosión)

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Escena de infancia


De niño encendí hogueras
para quemar lombrices de tierra vivas.
Veraneaba entonces en el valle de Hecho.

La crueldad de quienes
torturaban sapos me asqueaba,
alguna vez llegamos a las manos.

Lombrices: carne
rosa hasta la indefensión, universales anillos
de sufrimiento mudo.

Se retorcían como seres humanos.


(de Cuaderno de Berlín)

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OTRO RITMO POSIBLE


Un buen verso
no sacia el hambre.

Un buen verso
no construye un jardín.

Un buen verso
no derriba al tirano.

Un verso
en el mejor de los casos consigue
cortarte la respiración
(la digestión casi nunca)

y su ritmo insinúa otro ritmo posible
para tu sangre y para los planetas.

(de Poesía practicable)

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Alabanza de los trenes verdaderos


Hay muchos trenes falsos.
Es fácil confundirlos con los trenes auténticos.
Casi todos
los llaman también trenes:
los revisores
los ferroviarios
los carteristas
los viajeros casi sin excepción
y hasta yo mismo
cuando no quiero dar muchas explicaciones.

Trenes sólo son los que parten de noche.
Trenes sólo son los que llevan a ti.

(de Baila con un extranjero)

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Con los ojos abiertos

«La baba de la bestia
no perdona.»
Claribel Alegría.

Quiero ver todo lo que va a venir.

Las guerras que seguirán
a la última de todas las guerras
Los crímenes que ennoblecerán
al próximo Benefactor de la Humanidad
y los crímenes que harán olvidar esos crímenes
Las palizas a los perros mudos
Las palizas a los negros mudos
Las palizas a las mujeres mudas:
yo he de ver todo eso

Los pilotos de la US Air Force
ven películas porno antes de bombardear Bagdad(*)
y yo he de verlas
Las pantallas de televisión muestran
a los muertos de cólera en Lima
a los muertos de carnaval en Ciudad de Méjico
a los muertos de mosca carnívora en Trípoli
a los muertos de miseria en Calcuta
a los muertos de resignación en Madrid París Londres:
tengo que ver todo eso
Quiero ver todo lo que va a venir

No quiero mi merecido puesto en el desfile
ni en el banquete
ni en el jardín
(perdón, ya no hay jardines
LOS JARDINES SON ONTOLÓGICAMENTE IMPOSIBLES)
Quiero estar en la calle
dentro del laberinto
amaestrando al hambre y a la angustia
sin ovillo de hilo y con los ojos abiertos

Ya no hay tiempo
Por primera vez en la historia
SE HA TERMINADO EL TIEMPO
(de educar a los hijos
mejorar las ciudades
regalar un dedalico de amor a quienes sufren)

pero yo necesito ver lo que vendrá
después del tiempo.

(de Baila con un extranjero)


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El guardián de lo pequeño


Franz Kafka aseguraba que hay esperanza, mucha, una infinita esperanza: sólo que no para nosotros. Walter Benjamin afirmaba que sólo nos es dada la esperanza por los privados de cualquier esperanza. ¿Y usted qué opina?

A todos los que queréis estrechar la vida, recortar la vida, cercenarle los arcos a la vida, arriar las velas rojas del galeón fantasma, sacar del agua a los caballos: os digo que seréis derrotados.

No por la fuerza senescente de los escarnecidos, no por el septentrión ingenuo de los adoradores, ni por los masacrados molinos de la generosidad. Sino por los malentendidos que creeréis haber desentrañado,

las paradojas que torcerán las herramientas de la maldad, las minucias que dejaréis a vuestra espalda y resultarán ser --no sé por qué os sorprende-- las alamedas tan flexibles de la resistencia.

¿Esperanza vestigial, residual? No sabéis lo que es la esperanza. Esa fue siempre toda la esperanza.

¿Perdimos la cabeza? Conservamos la voz. De un solo grano se yergue la voz toda. Y una voz vale la ausencia de cabeza si en alta mar peligran las columnas del mundo.

(de La estación vacía)

http://www.barcelonareview.com 

Ilustración : Siegfried Woldhek - http://www.woldhek.nl/ 

1 comentario

Oscar Portela -

De la espera al infinito
por Oscar Portela


"El hombre que no espera es un absurdo metafisico" afirmaba Pedro Lain Entralgo:
pero entre la espera y la esperanza teñida de religiosidad escatológica, existe un abismo: en este sentido sentido alguien se refería a la esperanza como al credo de los impotentes.

Atte Oscar Portela