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Revista Literaria AZUL@RTE

Oscar PORTELA

Oscar PORTELA

   

 OSCAR DEL BARCO UNA ETICAMÁS ALLA DE LA ETICA



Oscar del Barco

El poeta Oscar Portela nos ha enviado la siguiente nota acerca del tema que nos ha ocupado durante los últimos días. Agradecemos su participación en una discusión cuya fecundidad depende de los consensos y disensos de interlocutores intelectualmente comprometidos. Lo que más nos enriquece creativamente es la diversidad de criterios, no la unanimidad. En definitiva, nos iluminamos en la medida en que navegamos por encima de nuestras propias opiniones y vamos integrando a nuestra percepción otras miradas.

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La mirada de Portela se nutre en fértiles terrenos de sensibilidad ética y estética así como en su formación intelectual. Su sintético aporte al tema planteado es valioso y considero que nos indica, finalmente, el núcleo de la cuestión, que, más allá de las volátiles -e irrelevantes- ideologías es, ni más ni menos, el respeto por la existencia real y concreta del "otro", en su inalienable integridad corporal. Las múltiples formas en que esta integridad corporal puede verse atacada, mermada o cercenada - por la actividad del Estado como centro de poder- será tema de discusión para futuros debates.


Manuel Monasterio  

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Comentarios de Oscar Portela

En una polémica que Foucault mantuvo en la década del 70 afirmaba frente a sus interlocutores: donde exista un tribunal, un juez y la "distancia", que establece un "juicio", entre el reo y sus acusadores, el aparato de Estado se reproduce, imitando lo que se pretende combatir".

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Eso sucedió en la Argentina con “Un Ejercito del Pueblo y las cárceles" del pueblo, / aparte de las acciones "revolucionarias", propiamente dichas que llevaban merced a las "ideocracias" libertarías a ese suicidio que significa enfrentar a jóvenes contra jóvenes, que fueron utilizados por la "inteligencia" de la época.

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El no matarás de Oscar del Barco, el lo sabe y lo repite sin apelar a trascendencia alguna a un a priori ético que se sostiene en la afirmación de Levinas de que el "rostro" de aquel a quien creemos exterminar, pertenece a una "libertad" que jamás la violencia, venga de donde venga podrá hacer desaparecer.

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Una mujer de izquierdas como Simone de Beauvoir afirmaba lo mismo en su pequeño ensayo titulado "Por una moral de la ambigüedad". No podemos hacernos cargo de los genocidios de Ruanda, - empero sí, saber si un vecino nuestro necesita para sobrevivir del apoyo que podamos prestarle.

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Digo Ruanda por no decir  "La Matanza"....Que un filosofo como Oscar del Barco haya renunciado a toda ética mesiánica y se haya cuestionado a si mismo es un camino que él ha elegido. Ha sido valiente y sincero y esto también constituye una cuestión de método. Al fin de cuentas aunque el no lo diga debe recordar el apotegma de Nietszche: "La sangre de los mártires no tiene nada que ver con la verdad".

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Esa sangre que de modo maniqueo se pretende hoy vindicar en nombre de los humanismos fofos mientras la línea de sombras de que nos separa del horror es cada día más delgada.

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Durante muchos tiempos defensores de esos humanismos esperaron que Heidegger escribiera la palabra perdón: el silogismo neo-positivista no se hace esperar: " Heidegger calla, luego confiesa su complicidad".

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Alguna vez dijo que en épocas de penuria - donde nadie es poseedor de verdad revelada ninguna - el no escribiría una Ética. No lo hizo. Oscar del Barco a quien no conozco y admiro solo porque pude conocer otro Nietzsche a través de sus traducciones de Blanchot, a creído necesario "una auto-critica". Y lo a hecho sin esperar que nadie se lo exija en un tiempo donde el "horror" de los genocidios se a evaporado en lo vacuí de las pantallas donde el mundo se cartografía de modo virtual como juegos de red de asesinatos virtuales.

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Repito, del Barco no tenía necesidad de exigirse a si mismo una mirada critica hacia su pasado. Cuando Albert Camus interpretó la frase de Nietzsche "Dios a muerto/ luego todo está permitido" en sentido contrario: " Nada esta permitido" porque no existen tribunales que otorguen el perdón que la trascendencia permitía, daba por tierra con cualquier Ética que conjugue en un mundo donde la "trascendencencia" opera de manos de un poder que se sabe a si mismo y se quiere a si mismo, en función de los operarios de la técnica, toda "culpa".

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Sin embargo Oscar del Barco pronunció su veredicto porque el llamado al "no matarás" no necesita venir desde tablas de la ley y estar dirigida a un remitente privilegiado. Lo hizo porque desde su punto de vista lo que hoy se muestra  y cobra forma ante nuestros ojos  son las formas más peculiares de los que Heidegger en sus "Lecciones" llamó lo "sub.-humano" : el peligro de un abismo que exige - tal vez - del perdón de Uno para con Uno mismo, para continuar "conminados" a una verdad que no es sino la que me permite- y dije cuestión de método-, con el valor que exige una época que nos enfrenta al vacio,  de mirar al abismo si parpadear como lo hacen los "últimos hombres" que dicen pensar en este mundo.

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Corrientes- Argentina,
Julio 4 del 2006

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Ilustración : Siegfried Woldhek - http://www.woldhek.nl/

2 comentarios

Alejandro Drewes -

Gracias, Oscar, amigo y poeta, por el compromiso indeclinable con la Historia de este país y contar sus reescrituras perversas, en este tiempo, como dijera para siempre Raimon “de tantes ignoràncies”.



Dr. Alejandro Drewes



Rafael Rattia -

Oscar Portela
Luciferina Lucidez
por Rafael Rattia
( Venezuela)


He leído atentamente su últimos textos sobre la crítica, y la pseudocrítica. Hace Usted gala de una vastísima cultura que sobrecoge al lector más espabilado y avisado. Con estas humildes líneas le envío mis sinceras ¡Felicitaciones! por su luciferina lucidez y pertinente tratamiento inteligente de temas tan candentes y contemporáneos que deberían ocupar la atención de la intelligentzia hispanoamericana de estos incruentos pero agónicos tiempos que anuncian densos nubarrones en el terreno de la literatura y de la política.
De nuevo le extiendo un fraternal y cálido saludo con mi mejor sentimiento de estima y admiración intelectual. R.R