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Revista Literaria AZUL@RTE

Santiago M. BAO

Santiago M. BAO

Santiago M. Bao nació el 5 de septiembre de 1936 en San Fernando (Pcia. de Buenos Aires). Estudió Antropología en la Universidad de Buenos Aires, la que debió abandonar en 1976 luego del golpe militar de ese año.Publicó en libro “Trece poetas” (Bibliograma, Instituto Amigos del Libro, Bs.As, 1967), Antología del Empedrado II y Antología del Empedrado III (Libros del Empedrado, Bs.As. 1997). “Trabajos Forzados” (poesía) (Libros del Empedrado, Bs.As. 1997); “Al otro lado” (poesía y prosa) ( Edit. Dunken, Bs. As. 1998; “En el desvío” (poesía) (L. J. Silver Producciones Literarias, Bs.As. 1999). “Pendientes” (poesía) (R. Salido), Junín, Bs.As, 2002.“La máquina nocturna y otros cuentos” (narrativa), (R. Salido), Junín, Bs.As., 2004. “Memorias del zoo” (poesía) –Ediciones Suárez, Mar del Plata, 2005.-   

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DIENTES DE CABALLO 

En la fiereza de la llanura

jurarse amistad eterna,

compartir las distancias,

los exilios

ese instante especial

de la risa del espíritu

aquel pequeño libro

de las alabanzas

el alivio de la mansedumbre.

Encaminarse ahora

con el viento del oeste

en las sienes

y el collar profético

de dientes de caballo.

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ALAS DE ABEJA 

Desciende la penumbra

con sus párpados cerrados

y su inclinación

de alas quietas.

Desde una puerta misteriosa

que se abre a un paisaje

de nubes que pasan

desciende una abeja

que deposita un polen

invisible sobre los ojos

que despiertan.   

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MOCO DE PAVO 

Para descifrar los mensajes

ocultos por milenios

de crecientes monomanías

del dolor y el abandono,

no son útiles

sino alfabetos sangrientos. 

Hay mucho por restaurar

no de entusiasmos breves

o pasatiempos virtuales

sino despliegues profundos.

Combates que no son

moco de pavo.   

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RATA POR TIRANTE 

Siempre medir

desde las sombras

hasta las luces

del amarillo al azul

del negro al luto

las permanentes aplicaciones

del sistema métrico

a todo lo que nos circunda

y no hablemos del tiempo

festín predilecto

de las mensuras

o del dinero;

pero nos extraviamos

más allá de esa curva

del camino

o de las nubes

que pasan encorvadas.

Se nos escapa el canto

de los pájaros

o la música de la brisa

entre las hojas

y la luz, la luz huye

entre los dedos

como rata por tirante.   

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OJOS DE GALLINA 

Esa constancia

al alba cenicienta

a los limos amanecidos

en campanarios de verano,

picotear de guitarra

que teje el tapiz

polvoriento de la mañana,

botones brillantes

del pequeño horizonte

párpados de relámpago:

ojos de gallina.   

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PROPÓSITOS DEL CARACOL 

Voy a irme muy lejos,

ya me he puesto

en camino.

Algo ha cambiado

desde hace siglos,

tengo que irme

muy lejos,

hacia otros sitios

de tibias humedades

y forestas perennes

muy lejos,

donde las antiguas promesas

finalmente se cumplan

sin delatoras huellas

de plata

ni pesos de frágiles refugios.   

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CANTOS DE MURCIÉLAGO 

Poseo sombras y tinieblas

que como cataratas destilan 

en el espacio

una lluvia de terciopelo

y de una oscuridad blanda

construyo mis túneles

de luces distintas

que mis ojos no ven,

transcurro cerca

de la risa de ciertos ángeles

mientras la noche

me recibe con un temblor

desnudo

cuelgo como nave de polvo

tras el espanto

que se arrastra

desde el otoño antiguo

de mis alas.   

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MOTIVOS DEL ZORZAL 

Me distraigo en mi canto

zurciendo mañanas imperfectas

picoteando el rostro

de la aurora

en bosques y pantanos

sin saber del propósito

de mi canción al aire

de la encendida alabanza

a la transparencia de la brisa

o al río inmemorial.

Los recuerdos y los amantes

se multiplican en el placer

de un cielo abierto.

Casi nada. La insistencia

de un canto, que, aunque breve

completa el sentido

de los días a la deriva.  

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ZAPATOS DE CAMELLO 

La verdad sea dicha,

aún sin llegar

a ningún sitio definitivo

estos zapatos son los testigos

silenciosos

de lo caminado en este mundo.

Incansables casi, duraderos,

despojados de brillos,

ocultos de humildad

y aunque a los sitios

donde mis propósitos

me llevaron

no fueron sino

sombras fantasmales

motivos para otros sitios,

permanecen alertas

para iniciar otras travesías

búsquedas inexorables

espejismos que me sostienen.

Apoyo de perdidas verdades:

zapatos de camello.   

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JAULA DE TIGRE 

Mi engaño

aunque sencillo

en la noche oscura

mantiene al tigre

soñando con la selva

que vislumbra al otro lado

de las rejas

y aunque el amanecer

lo inunde de una espera dolorosa,

de evidencia malograda,

a la noche repite

su sueño selvático.

Engaños de hombre

esos de construir

no otra cosa

que tapiales sin salidas.   

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CEREBRO DE PINGÜINO 

El andar erguidos

no tarda en recompensarnos

con crecimientos del cerebro

y desde luego

de inteligencias privilegiadas,

lo dicen eminentes

antropólogos y científicos,

y a los pingüinos

nos agrada

porque incrementa

nuestra autoestima.   

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OLFATO DE SABUESO 

Tú que estás de rodillas sin que el poderoso te obligue.”

Manuel del Cabral  

Cansado de husmear

en los residuos de la memoria,

mi olfato descubrió

el olor más nauseabundo,

el que desprende eso que es

más que el cuerpo,

el hedor que desprenden

los serviles, los mercaderes,

los que creen en el poder,

los hipócritas faranduleros,

los mensajeros de Dios. 

La insensibilidad huele feo,

señal que anticipa

las podredumbres de la muerte.   

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SANGRE DE MOSQUITO 

Comemos el pan

que merecemos

y aunque no lo parezca

siempre con reservas.

No repetimos de la misma piel

la sangre subversiva

ni su tradición valiosa.

Amalgama de modestias

y renuncia de eternidades

mi efímero vuelo

es rojo que fluye,

que nunca se aferra

a las certidumbres.

Digestiones alquímicas

crisol de razas:

sangre de mosquito. 

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Ilustración: Chagall

 

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