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Revista Literaria AZUL@RTE

Leoncio LUQUE CCOTA/José Emilio PACHECO

Leoncio LUQUE CCOTA/José Emilio PACHECO

 

Leoncio Luque Ccota, nació en Perú (Puno – Huancané) el 02 de abril de 1964. Siguió estudio de Economía en la Universidad Nacional del Callao (1985) la misma que abandonó un año después, para seguir estudios de Educación en la especialidad de Lengua y Literatura en la universidad Federico Villarreal. Publicó los poemarios Por la identidad de las imágenes (1996), En Las grietas de tu espalda (2001) y Crónicas de Narciso (2005). Actualmente estudia la Maestría en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta).  

Blogg: http://noblekaterba.blogspot.com/          

http://cronicaskaterbianas.blogspot.com/  

E-mail: leoncioluque@hotmail.com    

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A PROPÓSITO DE “ISLAS A LA DERIVA” TREINTA AÑOS DESPUÉS, DE JOSÉ EMILIO PACHECO Y UN ENCUENTRO  CON ÉL Y SU POESÍA 

Por Leoncio Luque  

*

UNO 

Me parece  haberlo conocido desde mucho tiempo y con esa confianza que me ha dado su poesía, en especial el poemario Isla a la deriva (1976), busqué a José Emilio Pacheco, en esta última Feria de Libro que se llevó en Lima, con la única intención de cruzar algunas palabras y conversar si fuera posible sobre el libro mencionado, que tenía entre manos como un tesoro incunable desde hace mucho tiempo. 

El primer día no pudo ser. Al segundo día sí. Al término de la presentación de su novela, me acerqué para mostrarle mi simpatía y afecto. Él muy amable me sonrió con esa naturaleza particular del ser humano que busca la cercanía del cariño, después del poderío de la palabra que mitifica al poeta. Le mostré el libro publicado el año 1976 editado por Siglos XXI editores, se emocionó, miró con  ojos expresivos al poemario como si encontrara un hijo perdido al cual recuperara por un momento, después de largos  años de extravío. Luego me pregunto desde cuando lo tenía en mi poder (el libro, claro), yo le dije, desde hace quince años como texto de cabecera, por lo que se emocionó más y me abrazó como si yo le debiera algo. Un fotógrafo nos tomó una foto para abreviar el momento fugaz (foto que hasta la fecha no llega a mi casa) y en correspondencia a su afecto, le obsequié mi poemario “Crónicas de Narciso”, ediciones Noble Katerba.  

Los jóvenes en  particular se acercaron para conversar con José Emilio Pacheco; era comprensible el momento y la oportunidad. Ya que nos visitaba después de muchos años. El muy amable firmaba autógrafos, daba su impresión sobre las preguntas que llovía; entregó su dirección electrónica a quien  solicitaba, daba consejos y todos se mostraban satisfechos. Trató de atenderme ante el tumulto de jóvenes que le abordaban para sacarle una dedicatoria, él  me dijo, no te vayas, espérame, te tengo una sorpresa. Yo esperé  leyendo uno de sus poemas iniciales de su libro, titulado: Horas altas, que había leído en varias oportunidades y me parecía el más indicado para el momento:  

En esta hora fugaz / hoy no es ayer/ y aún parece muy lejos la mañana.  Hay un azoro múltiple, / extrañeza/ de estar aquí, de ser / en una hora tan feroz/que ni siquiera tiene fecha. /  ¿Son las últimas horas de este ayer / o el instante en que se abre otro mañana? Se me ha perdido el mundo/ y no sé cuándo / comienza el tiempo de empezar de nuevo. / Vamos a ciegas en la oscuridad, / caminando sin rumbo por el fuego.  

Culminada la aglomeración me invitó a acompañarle. Conversamos. Se le acercaban las personas interesadas en él. Llegamos al stand de la editorial que había publicado su novela para  esta Feria. Encontramos a Alonso Cueto, Premio Herralde por  “La Hora Azul”, firmando autógrafos.  Se repartió vino. Hubo brindis en nombre del poeta. Instalaron una mesa y una silla para que  continúen firmando los autógrafos a los presentes. Definitivamente era una hora punta el momento, las ocho de la noche. Los visitantes de la Feria a  se aglomeraban alrededor del stand, miraban y preguntaban quién era. Yo decía, es el poeta vivo más importante de México, absolviendo las preguntas. Seguía esperando y conmigo muchos. Él  seguía firmando autógrafos y  no me  perdía de vista. En una de esas, encarga a una dama a comprar un libro. Regresa con el encargo. José Emilio, me llama y me entrega el libro. Es para ti me dice. Yo miro el libro y es el poemario  Isla a la deriva Segunda Edición (NUEVA VERSIÓN): 2006, impreso y hecho en México. Yo digo: gracias, y un abrazo fuerte a este poeta. Me lo dedica: A Leoncio, Lector ideal de este libro. Su amigo agradecido. 30 años después. José Emilio Pacheco. Yo le agradezco por el gesto, lo abrazo nuevamente y me despido, no sin antes entregarle otro de mis libros para que obsequie a quien desee  en México. Y él sigue firmando autógrafos. Y yo me voy con esa experiencia de conocer al gran poeta mexicano José  Emilio Pacheco, repitiendo sus versos al final de este encuentro: 

En esta hora fugaz/hoy no es ayer/ y aún parece muy lejos la mañana. Hay un azoro múltiple, /extrañeza/ de estar aquí, de ser/ en una hora tan feroz/que ni siquiera tiene fecha.”   

Y ahora que escribo este texto, lo más importante no es una foto con el poeta, sino su presencia magnánima en el evento y lo que nos dejó, su sensibilidad humana, importa más que mil palabras en este encuentro.   

*

DOS 

La práctica de la poesía es un ejercicio  de memoria, de imaginación y de inteligencia. Un trío que funciona a la perfección. Así se presenta la poesía en  Isla a la deriva, poemario publicado hace treinta años (exactamente 1976), que hasta ahora nos confirma con plenitud, esa convicción poética iniciada por Emilio Pacheco. Y la  prueba palpable de  esta poética de rigor y libertad, es que en este libro se desplaza una sensibilidad a toda prueba con el tiempo, de preocupación humana y la presencia del mundo con los seres que se oponen al deterioro, ante el  frágil poderío de la palabra, donde el espacio destruido,  es señalado para volver a ser habitado. 

La poesía es un bien común de la humanidad y así lo entiende  José Emilio, por eso intenta cercar la individualidad, y  explorar otros ámbitos, otras realidades textuales que como fugaces historias que iluminan el firmamento, a partir de su experiencia personal. Isla a la deriva es un poemario que pone de manifiesto el drama de la existencia humana, visto a través de un moderno  prisma poético, cómo  la historia, la naturaleza es agredida, cómo las aventuras de los viajes aparecen en el espacio poético de este poemario. La calidad innegable de este poemario se mantiene en el tiempo, porque justamente, el poeta pone de manifiesto el drama de la existencia, los grandes temas de todos los tiempos, en el temperamento de un hombre de nuestros días, de alguien que entiende, cómo la destrucción  es caudalosa, mitigada o redimida en ocasiones por la gracia y la generosidad del lenguaje poético, que el poeta nos trata de ilustrar para iluminar y hacernos reflexionar. 

Cada página de este libro está atravesada por la conciencia de la fugacidad. Y como sabemos, el  quehacer del poeta,  es apenas una mirada de lo que percibimos, “entre objeto y palabras” que se escapan, muy a pesar nuestro. La función y tarea del poeta es nombrar el mundo, traducir, traerlo a nuestro sentido, es navegar por la vida para registrar las huellas esenciales del tiempo, con una poesía que se piense a sí  misma, conforme con la naturaleza. Los títulos de este  poemario sugieren un libro de navegación de lo transitorio a la deriva, pero que en palabras del poeta se traduce en iluminaciones, reflexiones, metáfora del ser humano,  que a pesar de su condición fugaz y de su entorno,  es capaz conquistarnos la sensibilidad, redimida por la Poesía.  

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Ilustración: Galienni

http://www.galienni.com/sommaire.php3

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